Marcelo Bielsa, entrenador del Leeds y considerado un filósofo del fútbol por sus reflexiones pausadas (y a veces un tanto extrañas, de ahí su apodo ‘Loco’), ha ganado protagonismo en plena vorágine sobre la Superliga.
Se debe a las declaraciones que hizo después del partido que enfrentó a su equipo con el Liverpool, uno de los fundadores de esta polémica competición, y al que ya atacaron con pancartas y camisetas. En sus intervenciones con los medios, el ‘Loco’ explicó más o menos lo mismo: esto es una cuestión de clases, de ricos contra pobres.
“Los más poderosos lo son por lo que producen y por lo que convocan. Pero el resto son indispensables, y lo que da salud a la competencia es la posibilidad de salud de los débiles, no el exceso de crecimiento de los fuertes. Pero la lógica que impera en el mundo, y el fútbol no está fuera de eso, es que los poderosos sean más ricos a costa de que los débiles sean más pobres”, señaló.
👊🏼 #Bielsa: “Lo que le da salud a la competencia es la posibilidad de desarrollo de los débiles, no el exceso de crecimiento de los fuertes. La lógica que impera en el mundo es que los poderosos sean más ricos a costa de que los débiles sean más pobres.” pic.twitter.com/v3p8Y80vVB
— Cecilia Lagos (@CeciliaLagos) April 19, 2021
👏 "Que los poderosos sean más ricos y el resto más débiles no le hace bien al fútbol".
👊 Marcelo Bielsa contundente sobre la Superliga Europea. pic.twitter.com/A1RwKRktkZ
— Goal en español (@Goal_en_espanol) April 20, 2021
Más amplio fue luego. “Los equipos más poderosos han logrado su poderío también a través de la competencia del resto. Y cuando no los necesitan para ganar más dinero, la lógica con la que funcionan les permite descartar a quien ya no le sirve para sus objetivos. Es una cosa muy común, no sólo en el fútbol. No debería sorprendernos. Es algo admitido y permitido. El problema fundamental es que los ricos aspiran siempre a ser más poderosos sin considerar las consecuencias que eso produce sobre el resto. Cuando aumentan el poderío van reclamando privilegios proporcionales a la debilidad de los que quedan por debajo y a la fortaleza de los que se vuelven más poderosos. Esto no debería sorprender, porque esto no sucede de un día para otro. Hay un montón de estructuras que le ponen límites a la desigualdad que se han ido flexibilizando y concediendo, y llega un momento que sucede lo que es inevitable”.