El empate 0-0 ante Sudáfrica en Brasilia levantó un clima de nerviosismo alrededor de la seleçao y sólo en manos del astro Neymar está la respuesta para capotear una tormenta que podría arruinarle a Brasil su camino en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro-2016.
Pero el crack del Barça no logró destacarse el jueves en un partido tenso ante los ‘Bafana Bafana’, que se portaron como un rival incómodo en el mundialista Mané Garrincha y supieron atar en corto al capitán auriverde. Y si Neymar no está, Brasil claramente sufre.
Inactivo desde finales de mayo después de una agitada temporada en España, el ‘menino’ trató de echarse encima al equipo, pero su falta de ritmo quedó en evidencia y el poco tiempo de trabajo con el plantel hizo mella en el funcionamiento colectivo.
“Sabemos que esto no es fácil, no es llegar y llevarnos el oro para la casa”, reconoció un crítico Neymar al analizar la presentación ante los sudafricanos y advirtió que Brasil se encontrará con más dificultades en su camino al sueño dorado.
Pese a su discreta actuación, en sus pies se gestaron las mejores situaciones de gol de Brasil, principalmente con remates fuera del área, pero en el juego asociado la empatía con los Gabriel, ‘Gabigol’ y Gabriel Jesús, no surtió el efecto deseado por la ‘torcida’.
Neymar también perdió los duelos individuales, fue desarmado con facilidad por Mobara, una especie de sombra que llegó a exasperarlo, impidiéndole driblar y crear con espacios para alimentar el ataque.
“El primer partido siempre es el más difícil, creo que la ansiedad nos acabó perjudicando”, reconoció ‘Ney’.
Irak, el rival del domingo de la seleçao en la segunda fecha del Grupo A y que empató también sin goles en su estreno ante una ‘fría’ Dinamarca, podría traer las mismas complicaciones que expuso Sudáfrica, porque los asiáticos se mostraron ante los daneses muy veloces, verticales y combativos.
El técnico brasileño Rogério Micale prometió “reconstruir rápidamente” al seleccionado para el choque con los iraquíes, aunque descartó que esa reconstrucción signifique variar el dibujo táctico o retocar demasiado el circuito ofensivo para acompañar mejor a Neymar.
“No por haber empatado vamos a cambiar las cosas, nos haría más daño que traernos beneficios. Tenemos un gran partido por delante contra otro equipo muy duro, pero nuestro pensamiento es conseguir la victoria ante Irak”, sostuvo Micale.
Brasil más que horas de prácticas necesita llenarse de confianza para poder desterrar el fantasma del fracaso en el Mundial-2014, una carga demasiado pesada para una nueva generación liderada por Neymar y que tiene la presión adicional de ganar la medalla de oro, el único trofeo que le hace falta al país del ‘jogo bonito’ en su rico palmarés.
(AFP)