Con una convocatoria cuyo promedio de edad no supera los 24 años, Rafael Dudamel asomó en esta doble fecha de eliminatorias el inicio del invocado proceso de renovación en la selección nacional absoluta.
Con el Mundial Sub-20 a la vista y al menos cuatro figuras de la selección que lo disputará con el equipo, Dudamel arriesgó poco en una competencia en la que ya no tiene nada que perder.
“Es un empate que nos deja una gran amargura, pero a la vez nos deja optimismo y una gran sensación para que el futuro que viene, a corto, mediano y largo plazo”, dijo el seleccionador nacional tras el encuentro frente a Perú, que terminó 2-2, luego de comenzar ganando 2-0.
Venezuela jugó para un 100 por ciento, pero solo en el primer tiempo, cuando capitalizó las dos jugadas más claras, por la vía del tiro libre. Mikel Villanueva y Rómulo Otero después, dieron el triunfo parcial a la selección sobre el onceno incaico, que naufragó en un impresentable terreno del Monumental de Maturín, anegado tras un aguacero que dejó en evidencia su defectuoso sistema de drenaje.
Tras la reanudación, Perú comenzó su remontada luego de jugados solo 26 segundos. André Carrillo descontó tras una jugada que se gestó por el pasillo izquierdo, por donde Feltscher se durmió. 18 minutos después, Paolo Guerrero marcó el segundo tras superar en la marca a Wilker Ángel en un tiro libre, y terminó de desnudar, una vez más, las debilidades criollas.
“Nos cambió todo al recibir un gol tan temprano. Fue un golpe anímico del que nos costó levantarnos y que les dio impulso a ellos para ir por la remontada”, apuntó al respecto Rafael Dudamel. Y sí, entre lo anímico, lo físico y lo estratégico, Venezuela dejó escapar tres puntos que habrían sido su primera piedra en la construcción del camino a Catar-2022.
A propósito de lo anímico, Tomás Rincón, capitán de la selección, dio crédito a este síntoma que aparece en todos los diagnósticos de la Vinotinto: “nos está faltando algo de carácter. Esta selección puede dar más de lo que está dando”.
Asimismo, lanzó otra reflexión que apunta al rendimiento físico: “interpretamos bien el partido, hasta que nos cansamos”. Y en este punto surge la inquietud por saber cuál es la estrategia, qué pasa con eso de la administración del físico. ¿Venezuela está solo para 45 minutos?
Aparte está el tema del desempeño individual de los jugadores. Hasta el pasado fin de semana, Salomón Rondón acumulaba mil minutos sin marcar con su equipo en la Premier League, una racha que no pudo cortar en Maturín y que no lo habría logrado ni jugando 90 minutos más.
Dudamel nunca lo sustituyó, nunca probó -por ejemplo- a un jugador que tenía en la banca con igual presente, pero más joven y con un poco más de futuro: Adalberto Peñaranda, de quien se espera explote en el Mundial Sub-20, muy a pesar de casi no ver minutos con el Málaga.
Soteldo, a todas luces un gran desequilibrante, apenas vio acción en los últimos ocho minutos, cuando ya no había piernas en el resto del equipo para respaldar al chispeante volante barinés.
Yangel Herrera, el estelar mediocampista llamado a ser heredero natural de Tomás Rincón, jugó más, desde el 59, y por lo menos pudo curtirse un poco más para encarar con jerarquía el futuro inmediato que le espera.
Quizá la cancha no brindó mucha confianza al técnico nacional para poner más fichas mundialistas, arriesgándose a una lesión en un terreno jabonoso e inestable. Pero ese es otro tema, que merece revisión de parte del cuerpo técnico y la Federación.
Habrá que esperar por las novedades que planteará Venezuela ante Chile, un rival que será peor que Perú, por cuanto está metido en la pelea por el Mundial, pero contra las cuerdas tras perder frente a Argentina. (MJS)