PARÍS, (AFP) – La etiqueta ‘Categoría especial’, adjudicada a los grandes puertos del Tour, necesita acumular méritos. Depende de una fórmula acuñada desde hace algunos años por los organizadores de la carrera secular, que presentan el martes en París la 104 edición a disputar en julio próximo.
“Hemos realizado un método de cálculo que nos permite verificar si la impresión visual es falsa”, explica a la AFP Thierry Gouvenou, ahora al mando de la dirección de carrera tras haber asistido a Jean-François Pescheux.
La dificultad de una ascensión depende de varios factores. La longitud, el desnivel entre la falda de la montaña y la cumbre, la pendiente, son elementos que deben ser tenidos en cuenta. Sin olvidar la situación de la llegada.
“Vamos más bien a tener tendencia a cotizar más alto el último puerto si está en el final de etapa”, precisa el director de carrera del Tour. Con razones lógicas: “La carrera se juega en general más bien al final y la dificultad ahí será un poco más grande ya que la velocidad será más elevada”.
Ventoux y Grand Colombier
Además de esos elementos, la clasificación de los puertos depende de una fórmula matemática. “Se parte del porcentaje (de la pendiente) al cuadrado y se multiplica por la distancia”, revela Thierry Gouvenou.
“Antes de validar el método, hace diecisiete años, se hacía una simulación y se calculaban las cifras para todos los puertos. Y concordaba”, añade el director de carrera.
Sobre esta base, precisa el director, las ascensiones clasificadas como categoría especial superan los 600 puntos, los puertos de primera categoría se sitúan entre 600 y 300 puntos, los de segunda entre 300 y 150 puntos.
“No se respeta siempre esto al cien por cien. Es más bien un sistema de verificación”, reconoce.
Según estos cálculos, el Ventoux está en cabeza de los grandes puertos del Tour. Pero el “Gigante de Provenza” tiene un hermano pequeño en el macizo del Jura, el Grand-Colombier, apodado la Pirámide del Bugey, cuyo nombre ha sido citado para la edición de 2017.
“El enlace (entre ambos) es casi una evidencia”, señala el director del Tour, Christian Prudhomme. “Hay puntos comunes: la dificultad de la ruta, la pendiente, las vías de acceso, tres para el Ventoux, cuatro para el Grand-Colombier, y un panorama increíble. En un caso, la montaña sale del llano, en el otro del río Ródano”, añade Prudhomme.