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Tomás, el Hijo Ilustre de la ciudad

Tomás Rincón se mostró honrado por su nombramiento como Hijo Ilustre de San Cristóbal y alentó a los niños a seguir labrando sus sueños con convicción y disciplina. (Foto/Carlos E. Ramírez)
Tomás Rincón se mostró honrado por su nombramiento como Hijo Ilustre de San Cristóbal y alentó a los niños a seguir labrando sus sueños con convicción y disciplina. (Foto/Carlos E. Ramírez)
La misma cancha que de niño era el patio de juego favorito de Tomás Rincón, se vistió de gala y solemnidad ayer para verlo convertirse en Hijo Ilustre de San Cristóbal, un privilegio que ha tocado a pocos, y que él se ganó por el esfuerzo y voluntad con la que forjó su carrera deportiva.
La sesión solemne en su honor contó con la presencia del Concejo Municipal en pleno y de la primera autoridad de la ciudad, Patricia Gutiérrez de Ceballos. Se llevó a cabo al aire libre, en el seno de su comunidad de la Unidad Vecinal, esa que lo vio nacer y crecer, y la que hoy lo reconoce como uno de sus más dignos habitantes.
Exaltar el gentilicio tachirense a partir de su ejercicio de vida, ser ícono del sentir de esta tierra y ejemplo de actitud ciudadana y conducta cívica, son algunas de las consideraciones que tomó en cuenta el Concejo Municipal de San Cristóbal para conferirle la distinción de Hijo Ilustre al estelar volante del Genova italiano y de la selección nacional.
Pero más allá de las justificaciones protocolares, dos hombres que lo conocen dentro y fuera de las canchas, lejos de las portadas deportivas, Antonio Olivares y Carlos Maldonado, se sobraron en hablar no sólo de la carrera sino de la vida del experimentado futbolista, que supo sortear obstáculos para alcanzar el éxito con humildad.
Como orador de elogio, Olivares hizo un recorrido cronológico de Rincón, desde que inicio en la Fundación Arias Blanco de la Plaza Venezuela hasta su llegada a la Serie A de Italia. La primera alineación que conformó, sus primeros toques de balón y las fintas en torneos municipales marcaron la ruta en la ascendente carrera del jugador.
Por su lado, Maldonado, orador de orden, reflexionó sobre la razón que lo llevó allí y se despojó del temor inicial de hablar en público, “porque se le rinde homenaje a un gran hombre, a un gran jugador como Tomás Rincón”, dijo.
De los recuerdos que trajo a su memoria para elaborar el discurso en honor al Hijo Ilustre de San Cristóbal, Maldonado rescató la característica que siempre mantiene “de hombre maduro y hecho. Y es que estamos hablando de que cuando niño era pura entrega y seriedad; a pesar de ser tan jovencito, desde que era un pela’o, él ya era Tomás”.
La perseverancia es otra de las cualidades que destaca el estratega de quien una vez fue su pupilo y que lo llevaron –dijo- a donde está hoy, a pesar de “los avatares, tragos duros, dolorosos, y ausencias que aún se mantienen en el alma”.
En lo futbolístico el gol no es lo que lo distingue, apuntó Maldonado, pero sí tiene algo “importantísimo: que sabe llevar a un equipo detrás de sus hombros, que sabe empujar a un equipo cuando todos se aflojan, que sabe animar cuando el fútbol está callado y sobre todo que es un caudillo, de esos que hay hoy tan pocos”.
Tomás es un gran jugador de fútbol –continuó Maldonado- pero más allá de eso un hombre ejemplar. Alguien que merece ser modelo de vida (…) porque de un camino a la luz por la oscuridad él prefirió la luz antes que esa oscuridad y eso lo convirtió en un emblema deportivo, que nos enseñó que lo difícil no es llegar a la cima, sino el camino que buscó; ese mismo que está siendo hoy homenajeado y que con gusto dice que nació en San Cristóbal, ese es Tomás Rincón. Cerró el orador su emotivo discurso, arrancando lágrimas a los afectos del jugador y un estruendoso aplauso a los asistentes del acto.
“Los sueños se cumplen”
Previa advertencia de que no es bueno con los discursos, Tomás Rincón, líder indiscutible aunque vista de traje y no porte la banda de capitán vinotinto, agradeció el gesto de la municipalidad y aseguró que “los sueños se cumplen, pero con mucha disciplina, responsabilidad y convencimiento”.
“Hace unos 15 años yo estaba aquí, con la misma mirada que tienen los niños que me ven hoy en día; pude lograr mi sueño a pesar de los momentos difíciles, que son parte del camino. Estoy orgulloso, contento, les agradezco a todos”, expresó el jugador, al tiempo que enarboló la bandera del deporte como “la cosa más linda e importante de nuestra vida” la cual hay que inculcar en los niños.
Tras el acto, Tomás permaneció un rato más en la cancha –que de ahora en adelante llevará una placa en su honor- así como lo hacía de niño, cuando ni el hambre le quitaba el deseo de seguir jugando; sólo que esta vez el motivo era firmar autógrafos y posar con los aficionados que aguardaban en una larga fila su turno para inmortalizar el momento con el ídolo tachirense. (MJS)

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