SAN PETERSBURGO, 13 Jun 2018 (AFP) – Desde “salchichas” a “tronco”, pasando por “pepinazo”, el fútbol tiene sus propias palabras, términos o expresiones y por ello este pequeño glosario puede ayudar a entender de qué hablan los hinchas en las gradas o bares durante el Mundial-2018.
Un jugador malo es fuente de una cantidad inmensa de términos graciosos. En Brasil lo califican de “perna de pau” (pierna de madera), en España de “tuercebotas”, en Francia de “brêle, truffe o trompette” (caldo, trufa o trompeta), y en Corea hablan de un “ghe bal” (comida para perros).
En tierra rusa, sus hinchas se burlan de un jugador poco dotado señalándolo de “derevo” (árbol), al tiempo que los españoles de “tronco” y los panameños de “cono”.
En un estadio de la Bundesliga escucharíamos “Wurst” (salchicha), quien seguramente lanzará un pase “pase pepino” (Alemania) o bien “pases neumonía” (Polonia), que harán correr a todos sus compañeros.
Cuando un equipo es muy defensivo, los ingleses hablan de “estacionar el autobús” delante de la portería para evitar que le encajen goles, lo que equivaldría en muchos países de latinoamérica al clásico “colgarse del travesaño”. Y en Francia confiarán en su “peintre” (pintor, el atacante más talentoso) para dar vuelta a una situación negativa y marcar tantos.
A veces sucede que un atacante queda permanentemente en fuera de juego y no corre mucho ni siquiera para salirse de la posición adelantada. Los brasileños lo critican diciendo que está “na banheira” (en la bañera), mientras que en Francia utilizan la imagen de un “campeur” (que practica cámping). Por el contrario, si el centrodelantero es un crack, en tierra germana lo tildan de “Stehgeiger” (un violinista de café).
Algunos delanteros no logran arreglar su punto de mira al disparar. En España, a esos jugadores que siempre patean fuera de marco les dicen que “fallan más que una escopeta de feria” y hasta serían “incapaces de hacer un gol al arcoiris”.
Menú salado
En contraposición, están los atacantes talentosos. Los italianos les dicen que tienen “pie bien educado” (piedi educati) como el de Andrea Pirlo, por ejemplo, mientras que también están los que quieren el balón y no lo suelta, que en España son los “chupones” o en el Rio de la Plata los “comilones”.
Un disparo potente en tierra ibérica es un “pepinazo”, que en suelo inglés cambia a “screamer” (gritón) o “pushka strashnaya” en el ruso (bombazo).
En el banquillo está el entrenador o “míster”, quien tiene la llave para cambiar el transcurso de un partido con sus cambios, ya sea de táctica o de jugadores. Si va perdiendo su equipo y necesita más poder de fuego, en Portugal los hinchas dicen que debe “meter toda la carne en el asador”.
El final de la historia depende muchas veces del portero. Los brasileños tienen miedo que el golero cometa “um frango” (un pollo) y que tenga ese día “mao de alface” (manos de lechuga).
Pero la jugada puede terminar distinta: si el guardameta tuvo una mala salida, se dice que salió a “por uvas”, lo que en Panamá equivaldría un más poético “salió a cazar mariposas” dejando vacía su portería.