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Otra espinosa vuelta de Guardiola al Camp Nou

BARCELONA, (AFP) – “Siempre es agradable volver a casa”, dijo Pep Guardiola la pasada semana. Pero, antes de volver a encontrarse con “su” Barcelona el miércoles en Liga de Campeones, el entrenador del Mánchester City sabe por experiencia que no sólo hay buenos momentos en el Camp Nou.

Josep Guardiola i Sala pasó tres décadas en el Barça, donde su nombre sigue asociado a los mayores triunfos del equipo catalán.

Como jugador (1990-2001), el catalán conquistó en 1992 la primera Liga de Campeones de la historia del club con el “Dream Team” de Johan Cruyff. Y como entrenador (2008-2012), construyó uno de los mejores equipos de la historia del fútbol, ganador en cuatro temporadas de 14 trofeos de 19 posibles, entre ellos, dos Ligas de Campeones (2009, 2011).

El juego de toque aplicado por Guardiola y el talento de Leo Messi, el prodigio argentino convertido en estrella planetaria, son hoy en día los dos pilares imprescindibles del Barça, cuatro años después de la salida del técnico. Pero, este último no ha vivido sólo buenos momentos en el banquillo azulgrana. En 2012, justificó su partida por el hartazgo de dirigir tal mastodonte planetario, cuyo peso mediático acaba por ser asfixiante.

“Cuatro años son una eternidad como entrenador del Barça”, dijo en abril de 2012, en el momento de su dimisión, añadiendo que “son cuatro años y el tiempo lo desgasta todo. Me he vaciado y necesito llenarme”.

Dos ausencias importantes 

Después un año sabático en Nueva York, y tres temporadas en el Bayern de Múnich (2013-2016), que le ofrecieron una primera vuelta memorable al Camp Nou en 2015, Guardiola aceptó antes de este verano el desafío del Mánchester City.

Dos ausencias planearán el miércoles sobre el nuevo encuentro entre el de Sampedor (45 años) y el Barcelona. Una, la de su antiguo adjunto Tito Vilanova, muerto en 2014 a consecuencia de un cáncer tras sucederle brevemente en el banquillo barcelonista: “esta tristeza me acompañará siempre”, comentó en su momento Guardiola.Y la segunda, la de Cruyff, mentor futbolístico de Pep, fallecido también de un cáncer en marzo pasado. “(Cruyff) fue un entrenador muy exigente, con mucho carácter. Después fue un amigo, un abuelo, una persona muy cercana”, dijo Guardiola a la radio catalana Rac1 la pasada semana.

Al volver a Barcelona, el técnico catalán se va a encontrar con muchos amigos y conocidos.

 Amigos y los que no lo son tanto 

Luis Enrique, actual entrenador del Barça es uno de ellos, ya que los dos entrenadores defendieron la camiseta azulgrana, ganando la Recopa de Europa de 1997. Y cuando “Pep” dejó la dirección del filial para hacerse cargo del primer equipo en 2008, “Lucho” le sucedió en el banquillo del Barça B. “Es una referencia para todos los entrenadores a los que les gusta el fútbol ofensivo. Y además, es un amigo. Soy un fan de Pep”, resumió Luis Enrique la primavera pasada.

Pero, las relaciones de Guardiola con algunos dirigentes barcelonistas son menos idílicas.
En las elecciones a la presidencia del club en 2015, apoyó abiertamente al expresidente Joan Laporta (2003-2010), firme detractor del futuro vencedor, Josep Maria Bartomeu.
Y al firmar por el Mánchester City, el técnico catalán se reunió con antiguos cuadros del Barça conocidos por su enemistad con la actual dirección: Ferrán Soriano, director ejecutivo de los “Citizens”, y Txiki Begiristain, director deportivo.

Un primer regreso desastroso

Mayo de 2015, Pep Guardiola vuelve por primera vez desde 2012 al Camp Nou: su Bayern de Múnich se enfrenta al Barça de Luis Enrique en la ida de semifinales de la Liga de Campeones.

Y el encuentro se salda con una derrota (3-0) para los bávaros: Messi marca la diferencia con un doblete y pase decisivo en el último cuarto de hora. El Barça se clasificará en el partido de vuelta, pese a una derrota 3-2, antes de ganar a la Juventus de Turín en la final (3-1).

Se hace difícil pensar que la ovación que le tributó ese día el Camp Nou haya podido consolar a Guardiola de tamaña derrota.

El técnico, no obstante, ha minimizado en los últimos días la importancia del encuentro del miércoles, señalando que se trata de un “partido como los demás”.

Pero, mal augurio o no, Messi marcó el sábado contra el Deportivo de La Coruña en Liga (4-0) tras volver de su lesión, y debería formar parte del once inicial el miércoles en el Camp Nou.

 

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