Luego de 14 años de vida en el basquetbol élite venezolano, el conjunto Guaros de Lara logró coronarse campeón de la Liga Profesional de Baloncesto (LPB) por primera vez en su historia, después de que este miércoles derrotara a su similar de Marinos de Anzoátegui por marcador de 100 a 76, ganando de esta manera su sexto juego de la serie final de la competición.
Tras una aguerrida y apretada serie final, el quinteto crepuscular pudo titularse monarca del certamen en su patio, en el Domo Bolivariano de Barquisimeto. Fue una serie final que quedó a favor de los larenses 4-2.
La tercera es la vencida
El título del baloncesto criollo había coqueteado dos veces con Guaros, dos oportunidades en las que Lara tuvo chance de levantar el trofeo pero precisamente el “acorazado oriental” le arrebató esa posibilidad, en los campeonatos del 2005 y 2015, dominando la serie 4-1 en par de finales.
No obstante, la historia es caprichosa y les volvió a emparejar en la pugna por otro título; Marinos, el equipo más ganador del baloncesto venezolano, buscaba su galardón número 12, mientras que Guaros esperaba estrenarse como campeón liguero. Esta vez el destino cambió y se dio aquello de que “la tercera es la vencida”, los crepusculares se sacaron la espinita y pudieron derrotarles en la final.
Hablando de espinitas, el torneo local era la asignatura pendiente de esta joven institución que –paradójicamente- ha alcanzado dos distinciones de carácter internacional, tal como lo es la Liga de las Américas, trofeo disputado en su casa y que logró en el 2016 y 2017. Ahora consiguieron su primera LPB, estrenándose como monarcas en su patio, y nada más y nada menos que ante el “monstruo” venezolano.
Camino a la gloria
Guaros arrancó con el pie derecho su andar por el torneo, clasificándose en la segunda casilla de la Conferencia Occidental con 24 juegos ganados y solo 12 perdidos, siendo superados nomás por Cocodrilos de Caracas, quien ganó un partido más que los barquisimetanos.
Después, en las Semifinales doblegaron a Trotamundos de Carabobo 4-1, avanzando a la final de conferencia, peleándola contra Cocodrilos, pero ya Lara estaba crecido y barrió la serie 4-0, dejando en blanco al cuadro saurio.
De esta manera llegaron al primer compromiso de la final, celebrado en su casa el 26 de junio. Asestaron el primer golpe 96-94; luego volvieron a picar avente 99 – 85 en el segundo. Para el tercero de la serie viajaron al gimnasio “Luis Ramos” de Anzoátegui, en donde consiguieron su primer revés, 87-92; al día siguiente tomaron ventaja ganando 89-74, llegando a su tercer triunfo en la cuenta personal.
Se despidieron de Puerto La Cruz con otra derrota, 80-91, dejando la serie aún a su favor 3-2; ya todo se definiría en suelo barquisimetano. El escenario fue el mejor, un lleno a rabiar, evidenciando el apoyo del pueblo larense. Tras un reñido encuentro lograron destaparse en los dos últimos cuartos para dejar el definitivo 100-72 en la pizarra.
La nómina campeona, dirigida por el argentino Guillermo Vecchio, estuvo compuesta por los pilotos Heissler Guillent, Nate Robinson, Yohanner Sifontes, Amos Acosta y Elvis Báez; el escolta Zach Graham; los aleros Lazar Hayward, José Vargas y José Martínez; los ala-pívots Luis Bethelmy y Néstor Colmenares, y el pívot Gregory Echenique.
(Favio Hernández)