Jesús Enrique Colombo sabe dónde está parado. Viajó a España, la cuna del toreo universal, con un solo objetivo: convertirse en matador de toros.
Por tener sangre torera, su padre Jesús Colombo, profesional de la tauromaquia, en la actualidad retirado, ha sido su inspiración… desde muy niño siguió sus pasos. Junto a su progenitora acompañaba al entonces diestro en cada plaza donde actuaba, trayendo consigo está fiebre por una fiesta, querida por unos y odiada por otros.
No ha sido en vano el viaje del hijo de Táriba a la “Madre patria”. Después de cuatro años haciendo campaña -se fue muy joven- los frutos no se han hecho esperar, primero lidiando novillos sin caballos, luego de su paso por la Escuela Marcial Lalanda de Madrid, ganándose un sitial, gracias a su arte, ganas y agallas de ser figura, prueba de ello el corte de decenas de orejas, acompañadas de rabos y varias salidas a hombros por la puerta grande.
Una temporada 2016 por todo lo alto
La gran prueba de fuego para cualquier mortal que tiene en mente doctorarse en el arte de Cuchares, torear con caballos, suerte en la que está ahora en pleno apogeo Jesús Enrique Colombo, obteniendo triunfos en cada presentación.
En su primera temporada con caballos, en el 2015, el hijo de la “Perla del Torbes” actuó en 12 novilladas para el corte de 44 orejas y 3 rabos, ejemplo vivo de la buena labor con la capa, los garapullos y la muleta.
Cuando aún resta tiempo para tocar a su final la temporada española de 2016 en España, Jesús Enrique ya tiene en sus alforjas un total de 13 novilladas para una cosecha de 31 orejas cercenadas y 1 rabo, amén de otra serie de conquistas.
Loable lo hecho por el novillero tachirense en Calasparra, cortó 2 orejas y salida a hombros, aunado a los 3 apéndices que le bajó a los dos toros en Cadalso de los Vidrios, Madrid, uno en su primero y 2 al segundo, saliendo a hombros por segundo año consecutivo.
Repitió el triunfo en Trillo, luego del corte de 3 orejas, 4 auriculares y un rabo en Villa del Prado el pasado domingo y tres días después volvió a cortar 3 orejas para 10 apéndices y 1 rabo en menos de una semana.
Un día especial para Jesús Enrique el pasado viernes, abrió la puerta grande en Almoguera, Guadalajara, España, no se dejó ganar la pelea, tampoco la batalla; en su primero estuvo enorme, toreando lento, artista y muy reposado, para dejar un soberbio espadazo en el hoyo de las agujas. No dejó a sus subalternos que tocaran su novillo para verlo rodar a sus pies y de inmediato el soberano pidió con los pañuelos blancos las orejas, concedidas por la presidencia.
Pese a lo complicado el segundo astado, Colombo supo sobreponerse con tres buenos pares de banderillas para oír el pasodoble y con la muleta hizo méritos para finalmente llevarse una oreja, un total de 3 apéndices en la tarde y salida a hombros junto a Leo Valadez que también fue premiado con 3 orejas.
Dos novilladas en lo inmediato, una de ellas el 12 de octubre en suelo ibérico, y el gran reto de Jesús Enrique, su debut en la Plaza Monumental de Ciudad de México el 16 de este mes, donde busca entregarse en cuerpo y alma para abrir las puertas de otras plazas en América y España. (Homero Duarte Corona)