El galardón que recibirán los ganadores de los premios The Best es un homenaje a la tradición con un diseño contemporáneo y dinámico, puesto que está inspirado en el icónico trofeo de la Copa Mundial, recubierto de platino y con versiones iguales para futbolistas y técnicos, masculinos y femeninos.
Encima del elegante cuerpo del trofeo figura el balón utilizado en la primera final de un Mundial, que disputaron Uruguay y Argentina en 1930. El diseño lo hizo realidad Adon Production AG, una empresa con sede a las afueras de Zúrich que empleó en su creación tecnología de vanguardia.
“El trofeo consta de cinco partes: la parte inferior, la base, una pieza de carbono sobre la base, el cuerpo y el balón”, explica Rover Schudel, director ejecutivo y presidente de Adon. “La máquina que da forma al balón es muy nueva. Produce piezas para la industria aeroespacial, así como para la Fórmula 1, y tiene una precisión de la 12.000ª parte de un milímetro”.
El balón que adorna la cúspide del trofeo, que mide 31 cm y pesa 6’4 kilos, tal vez sea su elemento más imponente; un homenaje idóneo al torneo inicial de la FIFA.
Fue un momento digno de contemplar cuando Boban mostró el trofeo por primera vez a Katicic, que había volado desde Zagreb hasta la fábrica para ver la versión final.
Cabe imaginar que, sean quienes sean los distinguidos como The Best por los seleccionadores, capitanes de selecciones, periodistas y aficionados que han votado, éstos tendrán una reacción similar a la de la Katicic cuando, por fin, se dispongan a tener en sus manos el codiciado premio.
(Redacción)