Pasaron más de diez años pero la herida sigue abierta. Tanto es así que a la distancia se abrió un nuevo capítulo de una vieja novela: Marcelo Bielsa le ofreció disculpas a Hernán Crespo, Y ahora el ex delantero le respondió con una carta en las que acepta el arrepentimiento pero no oculta las huellas de lo ocurrido.
“Les voy a contar un grave error que no me perdono. Me tocó dirigir a un gran centroatacante, que fue Crespo. Me tocó dirigirlo en dos momentos: cuando él estaba madurando y cuando ya había madurado”, comenzó Marcelo Bielsa en una rueda de prensa en Inglaterra, y reabrió un tema que ocupó varias horas de debate durante su gestión en la selección argentina.
Era tiempo de discusión futbolera: ¿Batistuta y Crespo juntos? Para Bielsa, eso resultaba un sacrilegio. En ese escenario, el Loco reveló este jueves desde Leeds que se equivocó en el trato con Crespo.
“Cuando estaba madurando, yo le dije que lo consideraba un jugador maduro. Pero le estaba mintiendo. Trataba de fortalecer su autoestima asignándole una característica que yo no pensaba que él tuviera. Cuando pasó el tiempo y él maduro verdaderamente, yo le dije: ‘Qué madurez actual la tuya, no sos el mismo que eras antes’ ─continuó─ Y él pensó: ‘¿Cómo? ¿Si antes me había dicho que ya estaba consolidado? Usted me engañó’. No me lo perdonó nunca. Y con mucha razón”, recordó el DT.
Un día más tarde llegó la respuesta del ex delantero. Mediante una carta que publicó en su cuenta de Twitter Crespo aceptó las disculpas de Bielsa pero remarcó: “Fue una tremenda decepción sentirme engañado por un líder como usted. La tristeza fue tan grande como la estima que yo le tenía”.
Carta Abierta a Marcelo Bielsa. pic.twitter.com/FL0kYnMBpD
— Hernan Crespo (@Crespo) August 24, 2018
El texto completo de la carta de Crespo
Marcelo: sus disculpas me hicieron rebobinar 14 años de un dolor que aún tengo adentro. Ese sentimiento me lleva a escribirle esta carta. Cuando uno habla corre el riesgo de que la bronca lo empuje a decir alguna palabra injusta. Pensar, reescribir, da tiempo para reflexionar. Aun cuando eso no cambia lo que yo sentí: fue una tremenda decepción sentirme engañado por un líder como usted. La tristeza fue tan grande como la estima que yo le tenía.
Yo le había creído desde el primer día que nos juntamos en Parma. Usted no solo me contó sus ideas de juego para la Selección. Me habló de la forma de manejarse como conductor, de su personalidad para tomar decisiones sin importarle las caras, Marcelo… ¿Se acuerda? Fue una charla madura, pese a que a la distancia se distorsione un poco. Todo lo que hablamos quedó en la intimidad. Igual que usted, yo nunca fui de abrir las puerta de los vestuarios ni a los medios ni a la gente. Los hinchas no quieren internas sino respeto por la camiseta.
Hoy lo hago público porque me llegaron sus palabras en el Leeds. Por supuesto, Marcelo, acepto sus disculpas. Ya lo perdoné hace tiempo, si es que debía perdonarlo. Lamento que no lo hayamos hablado personalmente, ni siquiera por teléfono. Pero nunca es tarde. Además, los dos sabemos que ya se había dado cuenta de su “grave error” mucho antes de esta declaración. Quedó claro la última vez que discutimos el tema. Usted se acuerda cómo me habló y cuál fue mi cruda respuesta… Yo no hubiera reaccionado así sólo por descubrir un juego de palabras para motivar.
Usted era y es lo suficientemente inteligente como para saber que un jugador no mejora su nivel por una mentira. Si pasara, ese futbolista sería más tonto que inmaduro. No quiero entrar en detalles que ninguno de los dos dará. De hecho, eso queda en un segundo plano. Lo más importante es la enseñanza que deja esta situación que ahora recordó. Como nos dijo tantas veces, Marcelo, hay que manejarse con la verdad, sin engañar al otro. Al final del camino, quien proceda así no sólo es el mejor líder sino el más maduro…
Me hizo feliz escucharlo, Marcelo
Le mando un abrazo.
Hernán Crespo