Se atribuye su invención al vasco Ramón Unzaga (1894-1923), Pelé la llevó al cine en Evasión o Victoria, Hugo Sánchez hizo de ella un arte y Cristiano y Bale eligieron 2018 para llevarla a un nuevo nivel. La chilena. Los dos, el portugués y el galés, pelearán con sus chilenas a Juventus y Liverpool, respectivamente, por el Premio Puskas al gol del año.
La cosa irá de matices, porque se parecen en el escenario (la Champions) y hasta el momento (minuto 63:03 el ahora jugador de la Juve, dos segundos antes el 11 blanco). Pura potencia, la del siete. Su bota derecha se elevó hasta los 2,38 metros desarrollando, según un biomecánico de la Universidad Politécnica de Madrid, “una fuerza en la pierna de apoyo capaz de mover 2.000 newton, unos 200 kilogramos de fuerza”. Puso al Juventus Stadium de pie en ovación cerrada.
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Bale hizo lo propio en el Estadio Nacional de Kiev, en la Decimotercera. Su escorzo fue a menos altura (su zurda impactó con la pelota a 1,82 metros), pero más plástico e igualmente imparable (el esférico alcanzó los 61 km/h), y con el valor simbólico añadido de tener lugar en una final de la Copa de Europa.
Duelo de chilenas en una lista de candidatos que completan los goles de Messi (con Argentina a Nigeria en el Mundial), Pavard (en el Francia-Argentina), Cheryshev (en el Croacia-Rusia), Quaresma (en el Irán-Portugal), Salah (Liverpool), Christodopoulos (AEK), De Arrascaeta (Cruzeiro) y el escorpión del australiano McGree (Newcastle Jets). Todos podrán recibir votos de los internautas en FIFA.com hasta el próximo día 24.
AS