Al ídolo luso Cristiano Ronaldo hay quienes le critican mucho, pero nadie le puede cuestionar su espíritu competitivo.
Luego de salir de la cancha en la final de la Eurocopa contra Francia en el minuto 24, víctima de un esguince en la rodilla izquierda, el portugués no se conformó con sentarse en la banca y se quedó el resto del partido junto al técnico Fernando Santos, asumiendo un papel que iba más allá del de ser un mero espectador.
Los gritos, señas e instrucciones que daba Cristiano eran tan expresivos que muchos lo acusaron de querer ser “el nuevo Director Técnico de Portugal”.
Al respecto, estas imágenes hablan por sí mismas: