El boxeo criollo está de luto luego de que en horas de la tarde de ayer se conociera el fallecimiento, en la capital de la República Bolivariana de Venezuela, del primer campeón mundial de la nación, Carlos “Morocho” Hernández, luego de presentar complicaciones de salud que terminaron con su vida.
Hernández saltó a la fama luego de que Cuenta lograra el primer campeonato mundial para Venezuela, aquel 18 de enero de 1965, cuando en el Nuevo Circo de Caracas, con un lleno a reventar, Morocho se convirtió en monarca planetario, tras una pelea bastante discutida, ante el estadounidense Eddie Perkins, consagrándose campeón welter junior de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y Consejo Mundial de Boxeo (CMB), por decisión técnica.
Este resultado marcó el antes y el después de la historia del boxeo en Venezuela. También se le conoció como “Kid Helicoide”. Nació el 21 de abril de 1940 en la parroquia de La Pastora, ubicada en Caracas. Dedicó su vida al deporte y a su familia como sus más preciados tesoros. Sus primeros golpes los dio a los 15 años de edad.
En el combate Hernández-Perkins, “el venezolano estuvo lento en el ring sin saber descifrar los movimientos y estilo de pelea del norteño, quien fue astuto, inteligente y exhibió gran preparación física”, según reseñaron los medios de comunicación social de ese entonces; no obstante el capitalino tuvo momentos en que dominó el combate y en el quinto round sacó un izquierdazo prominente, pero fue a partir del asalto 11 que salió a buscar la victoria por nocaut, porque sabía que estaba abajo en las tarjetas de los jueces.
Al final, luego de 15 rounds de pelea, los jueces venezolanos Dimas Hernández y Santos Arismendi quienes el lauro a Hernández, mientras que el árbitro Henry Armstrong favoreció a Perkins. En su primera inclusión internacional consiguió el “Cinturón de Diamante”, en el II Campeonato Mundial de Boxeo Aficionado realizado en México. (F.H.)