El rival del Real Madrid este martes es un club menor en lo deportivo. Pero tiene detrás una historia única como “equipo nacional” de Transnistria, una región secesionista del Este de Europa en la que ha impuesto su ley el imperio empresarial que financia y da nombre al Sheriff.
Ninguna nación reconoce a Transnistria como Estado, pero dentro de esa franja entre Moldavia y Ucrania que parece un museo al aire libre de la extinta URSS y donde florece el contrabando, la opinión de la ONU no vale mucho.
⚒⚽ ¡Último entreno del Juvenil A antes de medirse al Sheriff Tiraspol!
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— Cantera Real Madrid (@lafabricacrm) September 27, 2021
El Sheriff ha llegado a la Liga de Campeones como vencedor de la Liga de Moldavia, el país del que Transnistria se declara independiente. Esta no es la única rareza de un equipo rico en uno de los territorios más pobres de Europa.
Fundado en 1997 por el oligarca Viktor Gushán, el FC Sheriff de la capital de Transnistria, Tiráspol, debe su primera participación en la “Champions” al dinero del todopoderoso conglomerado dirigido por este antiguo policía y supuesto agente del extinto KGB.
Si lo normal es que los Estados tengan empresas públicas, en este caso una empresa privada, el Sheriff, es la que parece tener un Estado (no reconocido).