Quitando excepciones muy punteras, un deportista olímpico no suele hacerse millonario gracias a sus éxitos en las pistas. Ahora con la crisis mundial que ha provocado la pandemia, mucho menos.
La necesidad de apretarse el cinturón y ajustar los presupuestos ha hecho que los fondos destinados a financiar proyectos deportivos se pasen a otros campos de la sociedad más acuciantes, como la sanidad o las labores sociales. Las víctimas son esos deportistas, cuya salud económica depende de las ayudas estatales. Esto ocurre en casi todos los países, desde España a Japón, pasando por Reino Unido.
Este país ha decidido apostar sólo a caballo ganador. Desde Londres 2012 a esta parte han ido reduciendo el presupuesto de su programa olímpico, hasta el punto de que sólo cuentan con apoyo firme los que son seria opción a medalla, y a veces ni eso. El mejor ejemplo es el equipo de rugby 7, que ante la falta de apoyo oficial han tenido que montar un crowdfunding para conseguir los 2 millones de libras que estiman necesario de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio. Y eso que ellos fueron medalla de plata en Rio 2016.
WE ARE LIVE! This is our crowdfunding @PledgeSports page, if you can please donate and help us on our #RoadToTokyo .We have been overwhelmed by the support we have been shown already! #SaveOurSevens #SaveEnglandSevens #crowdfunding
— Englandrugbysevens (@Engrugby7s) September 15, 2020
Otros deportistas se han tenido que buscar la vida ejerciendo profesiones que distan mucho de su búsqueda de la excelencia en las pistas. Es el caso de Daniel Bramble.
Este saltador de longitud es campeón de su país indoor, con una mejor marca personal nada desdeñable de 8,21 metros. No desentonaría, ni mucho menos, en una competición olímpica: con esa distancia habría sido 5º en la final olímpica de Rio 2016.
El recorte económico de la Asociación Olímpica Británica ha hecho que tire de búsqueda de empleo. En apenas un año ha pasado de estar en las pistas preparándose para Tokio a recorrer las calles cargado de paquetes: es repartidor de Amazon. Como hiciera Mervyn King, estrella del mundo de los dardos, el gigante de la paquetería se convirtió en una vía de ingresos para paliar su situación.
“Este año he pasado del ‘Camino a Tokio’ a “al final del camino, gira a la izquierda’. No contar con fondos y apoyo realmente pasó factura este año. Pero tienes que adaptarte o extinguirte”, escribía en twitter Bramble junto a dos fotos muy significativas de cómo le ha cambiado la vida en apenas unos meses.
This year really went from “Road to Tokyo ??” to “At the end of the road turn left.” Being unfunded / unsupported really took its toll this year. But you’ve got to adapt or be extinct. Happy to back jumping about again, bring on winter ??. pic.twitter.com/4wGAqynJMM
— Daniel Bramble (@Dbrambs_LJ) October 9, 2020
La reflexión/petición de ayuda tuvo su reacción inmediata. Muchos usuarios empezaron a mostrarle su apoyo, tanto moral como económico en algunos casos, por lo que él también ha montado un crowdfunding.
“Cuántas palabras y mensajes amables, realmente tenía que mostrar lo que sucede a menudo detrás del deporte”, explicaba, ante la reacción suscitada.
Wow ?! So many kind words and messages, really had to show what happens way to often behind the scenes in this sport. There is still a link to my GoFundMe in my bio and a pinned tweet on my profile but yeah.. wow.. pic.twitter.com/2shr3IKuS4
— Daniel Bramble (@Dbrambs_LJ) October 10, 2020