Novak Djokovic no la pasó bien en los últimos tiempos en el ATP Tour. Debido a que padeció una lesión en el hombro izquierdo, se retiró en los octavos de final del US Open con una derrota por 6-4, 7-6, 2-1 ante Stan Wawrinka, una caída en la que también recibió silbidos. Y mientras continúa su recuperación, quedó al margen de la Rod Laver Cup, el torneo que enfrenta al conjunto europeo con el del Resto del Mundo.
Sin embargo, durante su convalescencia, tuvo un gesto: estuvo trabajando en la plantación de papas, en Brzece, Serbia. “Agradecido por esta humilde experiencia en Brzece. Estas personas son amables, genuinas, trabajadoras… Mi corazón está lleno por revivir algunos recuerdos de la infancia. Voy a seguir conociendo personas que han sido parte de mi crecimiento y me han ayudado a vivir mi sueño como tenista. Estoy muy agradecido y conmovido”, escribió en Instagram. Y fiel a su estilo humorístico, cerró: “También obtuve algunas papas gratis por esfuerzo”.
Djokovic se crió en la Belgrado de la antigua Yugoslavia, y junto con su familia sufrió entre el 24 de marzo y el 11 de junio de 1999 el bombardeo de la OTAN sobre aquella nación extinta, una guerra no declarada entre la mayoría de países miembros de la OTAN y la República Federal de Yugoslavia, durante la Guerra de Kosovo. Más de una vez, el pequeño Nole tuvo que acurrucarse en el subsuelo de un edificio desvencijado a esperar que el terror diera un poco de tregua.
“En aquellos días tuve mucho miedo, nunca sabíamos si las bombas caerían en nuestras casas, en nuestras cabezas… Pasé un cumpleaños llorando porque escuchaba que afuera caían las bombas. Es el período que no queremos recordar. Pero por todo lo que sufrí, hoy valoro la vida mucho más. Igual, yo amo mi país”, explicó Djokovic hace un tiempo. Hoy, el N° 1 del mundo se permite volver a sus raíces mientras espera volver al circuito.