Dos años duró el récord de Virgil van Dijk como el defensor más caro de la historia por los 84,65 millones de euros que Liverpool le pagó a Southampton. El rendimiento del zaguero, campeón de la última Champions League, se correspondió con su cotización y desde algunos sectores se lo señala como un firme candidato al Balón de Oro de este año. La opulenta Premier League volverá a sacudir el mercado con una transferencia que establecerá una nueva plusmarca para el valor de un defensor.
De acuerdo con informaciones adelantadas por The Sun y BBC Sports, Harry Maguire dejará Leicester City y pasará a Manchester United por 80 millones de libras (60 más 20 en variables), que equivalen a 90 millones de euros. En las próximas horas se hará la revisión médica. Maguire, de 26 años, es un futbolista de mucha movilidad y agilidad para una contextura física de 1,94m y 100 kilos. Por aspecto da el perfil de los antiguos zagueros británicos, mastodontes y toscos, pero sus condiciones físicas y futbolísticas se adaptan a las exigencias del fútbol moderno. Rápido y ágil, tampoco es un negado con la pelota. Fue titular en seis de los siete partidos de Inglaterra en el Mundial de Rusia y convirtió un gol, ante Suecia, de cabeza, por los cuartos de final. “Tiene muchas cualidades defensivas y el temperamento indicado para el puesto”, lo elogió una vez Gareth Southgate, entrenador de Inglaterra.
En la temporada pasada, la zaga central de Manchester United fue ocupada mayormente por Chris Smalling, Victor Lindelof y Phil Jones. Leicester hará una estupendo negocio, ya que había contratado a Maguire hace dos temporadas en 13,7 millones de euros a Hull.
No es nuevo el interés de Manchester United por Maguire. Ya lo tuvo en la agenda mientras José Mourinho era el entrenador. Pero en realidad, el que detectó con anticipación las cualidades del defensor fue Alex Ferguson, cuya sabiduría y don de mando todavía no tuvieron un sustituto a la altura desde que se retiró del banco en 2013. Según el diario Daily Mirror, sir Alex le recomendó a su reemplazante en 2013, David Moyes, la adquisición de Maguire. El nuevo entrenador le trasladó el pedido a la dirigencia del club, que no hizo las gestiones por un futbolista que en 2014 pasó de Sheffield United a Hull por 3,2 millones de euros, casi 87 millones menos de los que desembolsará ahora el United.
Maguire en acción
La operación por Maguire representa para Manchester United el 13 por ciento de sus ingresos, estimados en 658 millones de dólares. En el rubro defensores, otra adquisición significativa de Manchester United fue en 2002, con los 33 millones de euros que invirtió en Río Ferdinand, una cifra impactante para aquella época.Confirmado como técnico Ole Gunnar Solskjaer, para los Diablos Rojos será una temporada en la que intentarán retomar una mayor figuración en la Premier League, luego del sexto puesto del curso pasado, que los relegó a la Europa League. Uno de sus objetivos pasa por retener a Paul Pogba, a quien Zinedine Zidane quiere para Real Madrid. El ecuatoriano Antonio Valencia cerró una larga carrera en Old Trafford y volvió a su país para sumarse a Liga Deportiva de Quito. Para cubrir el lateral derecho llegó Aaron Wan-Bissaka (21 años), desde Crystal Palace, por 55 millones de euros.
Los defensores argentinos por los que se pagaron cifras más altas son Nicolás Otamendi (de Valencia a Manchester City en 44 millones de euros), Marcos Rojo (de Sporting Lisboa a Mancester United en 20 millones) y Cristian Romero (reciente incorporación de Juventus en 20 millones, aunque continuará en préstamo en Genoa).
El gol a Suecia en el Mundial 2018
Las transacciones millonarias por defensores aportarán más novedades en las próximas horas. Desde Italia dan por hecho el pase de Matthijs de Ligt a Juventus desde Ajax por 70 millones de euros. A los 19 años, De Ligt fue una de las revelaciones de la Champions League; actuó con una serenidad y solvencia propias de un experimentado. Codiciado por Barcelona, De Ligt se va a un calcio que insinúa con volver a los tiempos de las grandes contrataciones a partir de una reforma fiscal del Gobierno italiano por la cual los clubes y los jugadores tributarán menos de lo que lo venían haciendo.
Claudio Mauri – La Nación