Dinamarca jugará con su selección habitual el domingo contra Gales en su debut en la Liga de Naciones tras cerrar hoy la Federación Danesa de Fútbol (DBU) y el sindicato de jugadores un acuerdo temporal para solucionar su conflicto.
Las partes habían roto las negociaciones el pasado viernes y después de que la DBU rechazase prolongar de forma provisional el convenio vigente hasta el Mundial de Rusia, como proponían los jugadores, optó por convocar un equipo alternativo para enfrentarse ayer en Bratislava a Eslovaquia en un amistoso.
La improvisada nueva selección danesa, convocada para evitar una sanción de la UEFA, perdió por un honroso 3-0, a pesar de que el equipo estaba formado por jugadores de la tercera categoría del fútbol danés y del equipo nacional de fútbol sala.
El acuerdo temporal estará vigente hasta el 30 de septiembre, aunque las partes negociarán a partir del lunes un nuevo convenio permanente. Para el partido contra Gales regirán las condiciones que imperaban hasta ahora en la forma de regular la participación de los jugadores en actos publicitarios de la selección y evitar los posibles conflictos con sus propios patrocinadores personales, el punto central de discordia.
“Es bueno para la selección y para todo el fútbol danés que podamos jugar el importante partido de la Liga de Naciones con la auténtica selección y que el foco esté de nuevo en lo deportivo”, señaló en un comunicado el presidente de la DBU, Jesper Moller.
El sindicato de jugadores señaló a través de su presidente, Mads Oland, que el acuerdo es “un paso en la dirección correcta” y que los jugadores están felices de poder centrarse en el encuentro contra Gales.
Las dos partes acordaron no hacer más comentarios sobre el tema para concentrarse en el partido. La DBU había rechazado en dos ocasiones la propuesta del sindicato de futbolistas de continuar las negociaciones y prolongar el actual acuerdo de forma provisional. El acuerdo recién caducado, firmado en 2015, provocó un conflicto en el pasado entre las dos partes por diferencia de interpretación, que acabó con una sentencia del Tribunal de Arbitraje que obligó a la federación a pagar 3 millones de coronas (unos 400.000 euros).
La DBU ya se vio inmersa en un conflicto similar un año atrás con la selección femenina, aunque esté centrado en una reivindicación salarial, que provocó la suspensión de un amistoso y no presentarse a un partido de clasificación contra Suecia, lo que fue castigado con una sanción por la UEFA.