Estados Unidos se convirtió en el rival de la Vinotinto en cuartos de final del Mundial de Corea Sub-20. La tunda -un 6-0 lapidario- del seleccionado estadunidense a su similar de Nueva Zelanda fue suficiente para trascender a la siguiente fase y por ende ser la piedra en el zapato del combinado nacional en su aspiración de clasificar a la ronda semifinal.
Un duelo luce interesante por donde se le mire; Venezuela clasifica a esta instancia dictando cátedra, la gran sorpresa de la justa mundialista, para estar ahora mismo entre una de las selecciones favoritas para disputar la final, respaldada con números perfectos: tres triunfos en la primera fase, dando cuenta de: Alemania por 2-0; goleada astronómica ante Vanuatu, 7-0 y un mínimo triunfo de 1-0 contra México.
En octavos de final se vio las caras con un ágil y duro combinado de Japón, campeón de Asia, al que venció por 1-0, resultado que clasificó al conjunto patrio a los cuartos de final.
Jugadores y cuerpo técnico venezolanos son recatados, no lanzan las campanas al viento; sin embargo, están claros que existe un material humano capaz de enfrentar al más encopetado de los rivales y adentrarse al partido definitivo del 11 de junio, del que saldrá el flamante campeón del mundo.
Este domingo, a partir de las 2 de la mañana, hora nacional, la afición nacional que tenga la oportunidad de ver el juego a través de la pantalla chica será testigo de un duelo aparte, el de dos de los tres goleadores del torneo: Estados Unidos tendrá en Joshua Sargent su máximo exponente y Venezuela en el atacante Sergio Córdoba su talismán para ir tras la cabaña enemigo, ambos con 4 tantos cada uno.
No es el combinado estadounidense el antagonista de mayor peso entre los que ha enfrentado hasta ahora la Vinotinto, es asequible, de acuerdo al nivel enseñado por el bando que dirige Rafael Dudamel; no obstante el meollo del asunto está en que en este tipo de eventos tan cortos, con la misión que el ganador continúa y el que pierda se va; entonces cualquier cosa puede suceder, no se pueden cometer yerros, en una sola oportunidad que se peque, por ahí resulta fatal para perder y por ende alistar las maletas para el regreso a casa.
La solidez de Venezuela en todas sus líneas, a la defensiva y la ofensiva tienen soñando a millones de aficionados a lo largo y ancho de la geografía nacional. Uruguay, campeón Sudamericano, y Venezuela, son los únicos sobrevivientes de este lado del continente para pelear el máximo galardón.
En los hechos, Venezuela tendrá como rival a una selección de América, la difícil Estados Unidos; en el caso de Uruguay chocará ante un conjunto de mucho poder del “Viejo Continente”, Portugal, que en los octavos de final superó a la buena selección de Costa Rica.
Una nueva victoria de Dudamel y sus jugadores, factible por donde se le mire, dejaría a la Vinotinto a solo dos pasos de pelear el título Mundial, algo apoteósico, jamás alcanzado en la historia del fútbol nacional a nivel de ninguna selección.
De acuerdo al trabajo del cuerpo técnico y por lo enseñado en los cuatro partidos anteriores, se puede dar por descontado que el joven estratega repetirá el mismo once, con mayor razón si el rendimiento ha sido óptimo, con número perfectos, sin nada que reprocharle.
(Homero Duarte Corona)
USA rival Vinotinto
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