Hace rato que Venezuela no tenía nada que buscar de cara a la clasificación para el Mundial de Rusia-2018, desde la efímera era de Noel Sanvicente, producto de los magros resultados, derrotas de local y visitante.
Rafael Esquivel, para entonces presidente de la Federación Venezolana de Fútbol, ente rector del balompié criollo, puso los ojos en el joven Rafael Dudamel, técnico de las categorías menores, valga decir las Sub-15, Sub-17 y Sub-20, respaldado por el buen trabajo hecho con los muchachos, el más importante, la clasificación de la Sub-17 al pasado Mundial.
Sin embargo, una cosa son las categorías de menor talante y otra la de mayores, donde se cuecen las habas, más de 80 años sin que se haya podido izar el pabellón patrio en la magna cita del balompié universal, el único país de Latinoamérica que aún no ha alcanzado esta premisa.
Las matemáticas aún daban en las cuentas de Rafael Dudamel, pero en la realidad era algo utópico pensar en esa posibilidad, merced de los pobres resultados en cada partido, sin poder sumar en casa ni de visitante, apenas resultados aislados, para solo sumar 6 puntos luego de 14 fechas jugadas.
Ya fuera de la opción clasificatoria, queda comenzar a trabajar desde ya con la mira puesta en el Mundial de Qatar-2022, con una gran ilusión, gracias a la camada de jóvenes que vienen empujando desde atrás, tanto los que estuvieron en esta eliminatoria como los muchachos que cierran filas en la selección Sub-20 que tomará parte en el Mundial de Corea del Sur, el próximo mes de mayo.
Existe un material humano de primer nivel; no obstante, serán las propias autoridades federativas las que tienen la última palabra en relación a la contratación de un cuerpo técnico de calidad y experiencia, extranjero en el mejor de los casos, mirándose en el espejo de lo hecho por otros países, o sencillamente se le da continuidad a Rafael Dudamel.
La cuestión “dinero” ha sido el argumento de toda la vida de Fevefútbol, tomando en cuenta los costos que acarrea un director técnico aquilatado, venido allende las fronteras patrias. Saldrán a relucir posiciones encontradas, como es apenas lógico, los que comulgan con la tesis de mantener a Dudamel y otros que “piden a gritos” un cuerpo técnico del exterior.
Brasil, como en sus mejores tiempos
Mientras Venezuela se convirtió en la primera nación que oficialmente quedó al margen de asistir al Mundial de Rusia-2018; Brasil, la nación pentacampeona mundial, como en sus tiempos de gloria, hizo méritos suficientes para registrarse como la primera selección clasificada del continente sudamericano para aspirar al trono que ahora está en poder de Alemania.
Esto después del “mazazo” que recibió Brasil en su propia casa, goleada y humillada por la potente Alemania en la gran final del Mundial de hace tres años, una especie de segundo “Maracanazo”, haciendo alusión a lo sucedido en 1950 en el mítico estadio “Maracaná”, cuando la selección amazónica de entonces fue derrotada por Uruguay en la pelea por el título.
Luis Felipe Scolari “Felipao”, técnico de la “Canarinha” en la pasada justa mundialista, fue relevado por Dunga, quien tampoco pudo sacar del sopor a la golpeada selección brasileña, sin una buena labor en esta eliminatoria premundialista.
El señor Tite, técnico revelación en Brasil a nivel de clubes en su país, fue llamado para que se encargara de la selección, dando un vuelco total al combinado, remontándose a la época de oro, el “jogo” bonito, cambiándole la faz al equipo, practicando un fútbol que tiene encantados a millones de brasileños, con la ilusión de ir por la sexta corona universal.
Con más juventud que experiencia, comandados por la estrella Neymar Júnior, esta remozada Brasil se hizo al primer boleto clasificatorio de Sudamérica para Rusia-2018, una sumatoria de 33 puntos, superando el número mágico de 32, que es el exigido para estar en la justa universal.
Siete pos tres cupos y el comodín
Después de concluida la decimo cuarta fecha, con Brasil en calidad de primera clasificado, Colombia, Uruguay, Chile, Argentina, Ecuador, Perú y Paraguay tendrán que pelear a dientes apretados por los puestos que restan para coronar el sueño ruso.
Nada escrito, quedan 4 partidos, para 12 puntos en discordia, una lucha que se terminará en la última fecha, el 10 de octubre de 2017, de la que saldrán de manera definitiva los 4 clasificados al evento mundial ruso y el que termine en el quinto puesto tendrá el derecho de pelear un cupo con otra nación, que seguramente será de Oceanía, para ir al sueño de Rusia-2018.
Homero Duarte Corona
Qatar-2022 en la mira
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