Venezuela sigue sin dar señales de vida en el Clásico Mundial de Béisbol, y la cuarta edición del evento, que ya disputa semifinales, solo sirvió para mostrar una serie de fallas que se presentan a la hora de escoger los peloteros a conformar nuestra selección.
Es la peor presentación de la novena, con un nocáut y blanqueo, y par de triunfos frente a Italia, pero pasando apuros, como no ocurrió en anteriores ediciones.
Omar Vizquel, en una polémica designación como mánager de la selección, no pudo lograr mejores resultados en esta edición, donde el equipo sufrió al máximo para mantenerse con la ilusión de llegar a semifinales.
Pasa a la segunda ronda en una decisión del comité, donde deja por fuera a México y Venezuela sigue jugando en un repechaje, y se impuso con apuros a Italia, alcanzando el pase a la segunda ronda.
Jugó su último chance frente a Puerto Rico, el sábado, y vivió un calvario, ante un equipo conformado por puras estrellas, al igual que el nuestro, solo que los boricuas rindieron más al momento de salir a jugar.
Martín Pérez, lanzador de rotación de los Vigilantes de Texas, no pudo esa noche contener la fuerte ofensiva de los boricuas. El venezolano perdió dos compromisos en esta edición del torneo, siendo bateado con solvencia por sus rivales. Venezuela perdió 12×2, y salvó el compromiso de sufrir otro nocáut ante el mismo equipo.
Pudo ganar dos compromisos, y lo hizo ante Italia, un conjunto considerado como el más débil del Grupo “D”, fracasando en par de oportunidades ante Puerto Rico y en una ocasión frente a México. Acude a la segunda ronda venciendo a Italia en el repechaje, pero las siguientes tres presentaciones, frente a República Dominicana, Estados Unidos y Puerto Rico, fueron un calvario.
Roster de lujo. La selección de Venezuela era considerada por los entendidos en la materia como gran favorita para estar, por lo menos, en disputa de las semifinales.
Roster envidiable, un pitcheo de primera línea, defensiva impecable y ofensiva de respeto, eso lo llevó Venezuela al Clásico, y en esas piezas se creó confianza para pensar en muchas posibilidades de ver esa selección, por lo menos, en semifinal.
En el compromiso frente a Puerto Rico, el mánager Omar Vizquel, ante la necesidad de un triunfo, presentó una alienación con: Ender Inciarte en la inicial; José Altuve en la esquina caliente; Rougned Odor en la intermedia; Víctor Martínez como bateador designado; Carlos González en el jardín de la izquierda; Alcides Escobar en el campo corto; Yangervis Solarte en el jardín derecho; Hernán Pérez en la inicial, y Robinson Chirinos en la receptoría. No jugó, por lesión, Miguel Cabrera.
Nada que envidiarle a una alineación de otros equipos. Todos los peloteros que presentó Venezuela en esa última confrontación son jugadores regulares de equipos de Estados Unidos: Bravos de Atlanta, Astros de Houston, Rancheros de Texas, Tigres de Detroit, Rockies de Colorado, Padres de San Diego y Cerveceros de Milwaukee.
El cuerpo de lanzadores estuvo encabezado por el estelar de los Marineros de Seattle, Félix Hernández, quien se va del torneo con una derrota y extraordinaria actuación frente a Estados Unidos, sin contar con el apoyo de sus compañeros a la ofensiva. Además, allí estaban Martín Pérez, Jhoulys Chacín, Eduardo Rodríguez, Yusmeiro Petit, Omar Bencomo, Jhondaniel Medina, José Castillo, Francisco “Kid” Rodríguez.
Una lista de peloteros respetables, en la teoría. En la práctica, el mundo se vino encima y ni los hombres del montículo, ni los hombres del poder, la ofensiva, rindieron lo esperado y por allí se debe mirar el fracaso de Venezuela en esta edición del Clásico Mundial de Béisbol.
Acudió nuestro país con los hombres necesarios para cumplir un buen papel, pero no hubo respuesta de las dos partes fundamentales, pitcheo y ofensiva. Solo Puerto Rico le anotó 22 carreras a Venezuela y los nuestros apenas pisaron el home en par de oportunidades. Así no se puede ganar un juego. (Gustavo Carrillo)
Venezuela se trajo un nocáut y un blanqueo
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