Conseguir una hamburguesa o conectarse al wifi en el estadio Maracaná de Río de Janeiro durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos se volvió hoy en una prueba de proporciones olímpicas para los espectadores y la prensa.
A mitad de la ceremonia de cuatro horas de duración, era difícil encontrar cualquier tipo de comida en los 60 bares que funcionan en el estadio carioca.
Algunos espectadores se quejaban de que tuvieron que dar una vuelta entera al estadio en busca de una hamburguesa, que habían pagado previamente, y no la encontraron en ningún bar.
“Están en producción” o “llegan más tarde” eran frases repetidas por los camareros de los bares, que también escucharon quejas porque las cajas registradoras no emiten recibos, algo necesario para, por ejemplo, cualquier periodista que necesite justificar sus gastos ante su empresa.
Un responsable por la operación financiera de los bares se ofreció incluso a enviar los recibos por correo electrónico a los compradores, en un claro ejemplo de la “gambiarra”, una característica brasileña que fue homenajeada durante la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos.
El manual de prensa de la ceremonia explica “gambiarra” como “el talento brasileño para, de la nada, hacer lo máximo”, pero en realidad, su traducción se ajusta más al término español “chapuza”.
“Bienvenido a Brasil”, dijo un buscador de hamburguesas brasileño a un extranjero cuando se topó con los problemas en los restaurantes del Maracaná.
La prensa también experimentó problemas para conectarse a la red de internet inalámbrica del estadio, que se saturó incluso antes del inicio de la ceremonia inaugural, porque al parecer, los organizadores no calcularon bien la demanda.
(EFE)
La odisea de conseguir comida y WiFi en el Maracaná
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