El domingo 26 de junio en Nueva Jersey, Argentina no perdió su tercera gran final consecutiva –después del Mundial de Brasil 2014 y la Copa América de Chile 2015- sino a su chico de oro, a Lionel Messi.
No poder llevar todo el éxito cosechado con el Barcelona a la selección, agotó la paciencia del cinco veces ganador del Balón de Oro de la Fifa. “Ya está. Se terminó para mí la selección argentina”, declaró un desolado pero reflexivo Messi, a la salida del estadio MetLife.
Parece mentira que su inigualable palmarés, adornado con 28 títulos con el Barcelona –cuatro de ellos de Champions League- el oro olímpico en Pekín 2008 y el Mundial Sub 20, vaya a quedar huérfano de siquiera un campeonato con el seleccionado albiceleste de mayores.
Es una idea cruda, tan cruda como la manera en que Messi ha visto esfumarse sus sueños de triunfo con Argentina, pero ya asimilada por él, quien se despide con un ‘adiós’, que mucho esperan sea sólo un ‘hasta luego’.
Y es que Messi no sólo interesa a Argentina, sino al mundo, que ha seguido cada paso de su dramática carrera, desde que empezó, prácticamente como un experimento del Barcelona.
#NoTeVayasLio fue la etiqueta que se convirtió en tendencia en la red social Twitter, a raíz del clamor de aficionados argentinos que pedían al ‘crack’ meditar un poco más su idea y no abandonar el barco.
Jugadores también enviaron su mensaje de aliento, como Carles Puyol, su excompañero en el barca, quien ha comentado: «¡Ánimo, Leo, eres el mejor!»; mientras que un sorprendido Claudio Bravo, capitán de La Roja, no cree que la deserción sea posible, y está claro que en su camerino (del Barcelona) “tengo al mejor del mundo”.
El tiempo dirá si la decisión de Messi es definitiva o no, lo que preocupa ahora es que su salida pueda desatar más renuncias, sobre todo cuando en el camino tiene la participación en Río 2016 y las eliminatorias a Rusia 2018, en las que marcha tercera con 11 puntos y seis partidos jugados.
Chile, la nueva potencia
Chile coronó 100 años de su historia con su conquista en Estados Unidos y se configura como la nueva potencia del continente.
La generación dorada de La Roja ha alcanzado el punto justo de madurez con Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Gary Medel, Marcelo Díaz y Claudio Bravo, grandes autores en los dos títulos de su historia.
“Nos hemos pelado la piel por esto, coronar esto así nos llena de felicidad. Nunca bajamos los brazos, siempre creímos en nosotros y este es el resultado de un trabajo sacrificado”, aseguró Claudio Bravo; mientras que Vidal dijo que “logramos el objetivo que queríamos desde que llegamos, que era el bicampeonato y pareciera que no tenemos techo”. (MJS)