Consciente que si no defiende con éxito su título de campeón cederá su puesto de número dos del mundo, el británico Andy Murray se empleó con contundencia para derrotar al checo Tomas Berdych por 6-3 y 6-2 y se clasificó por tercera vez para las semifinales del Masters 1.000 de Madrid, donde podría repetir duelo contra el español Rafael Nadal.
Berdych, verdugo del español David Ferrer en la ronda anterior, ofreció menos resistencia de la esperada y cayó en una hora y 16 minutos, encajando la primera derrota en tierra batida ante Murray, a quien había vencido en esta superficie las tres veces anteriores.
La confianza de Murray sobre polvo de ladrillo es ahora patente. Después de ganar el pasado año sus dos primeros torneos en esta clase de pistas, Munich y Madrid, y venciendo a Nadal en la capital española, el escocés ha adquirido una solidez espectacular y una seguridad que le ha llevado a las semifinales cediendo únicamente un set en tres partidos (contra el checo Radek Stepanek en su debut).
Perfecto en los intercambios, magistral en las dejadas, con la complacencia de su segundo entrenador, el británico de origen español Jamie Delgado, Murray dio un paso de gigante en la pista Manolo Santana, que permanece con el techo cerrado debido a la lluvia, donde ofreció todo un recital, para ganar el partido sin ceder un solo punto con su saque y romper cuatro veces a un desmoralizado Berdych, resignado a la superioridad de su rival.
Murray se enfrentará al ganador del encuentro entre Nadal y el portugués Joao Sousa, que se disputará esta tarde.
Murray espera por Nadal en semifinales
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