“Luis Enrique ya está trabajando en la planificación de la próxima temporada junto a Robert Fernández y Albert Soler”. Esa fue la contestación de un alto dirigente del Barça a la pregunta de cómo estaba el técnico azulgrana tras el socavón en que se ha metido el equipo tras las cuatro derrotas consecutivas en Champions (Atleti) y Liga (Real Madrid, Real Sociedad y Valencia).
La confianza de Josep Maria Bartomeu en el técnico asturiano es plena y le plantearán la renovación de su contrato que finaliza el año que viene, aunque seguramente no será en la presente temporada como adelantó el vicepresidente Jordi Mestre en Mundo Deportivo, sino que las previsiones son más de hacerlo en el 2017, antes de que finalice su actual relación contractual.
La directiva azulgrana está satisfecha con el trabajo de Luis Enrique y mantiene un canal abierto de constante contacto con él a través de Albert Soler (el responsable del área), así como con Robert Fernández, el secretario técnico. El entrenador asturiano ha acusado el golpe de las inesperadas derrotas y hasta ha denotado cierto nerviosismo, pero ha superado plenamente la situación límite junto a su mano derecha Juan Carlos Unzué. Está convencido de sacar el equipo adelante y lograr el doblete de Liga y Copa del Rey.
Replanteamiento de mercato
Lo único que ha sufrido cierto cambio en el área técnica del Barça es el planteamiento del mercato estival. Hasta hace poco era muy claro que los objetivos eran un central corrector que complementara a Gerard Piqué y un delantero que ayudara al Tridente formado por Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar, con la posibilidad de que llegara también un lateral zurdo de proyección. Ahora, sin embargo, se ha abierto más el abanico y no se descarta que puedan fichar a un lateral diestro y un centrocampista polivalente que una técnica y fuerza. El ‘scouting’ ha estado siguiendo a Leroy Sané (Schalke), Julian Weigl (Borussia Dortmund) y Xhaka Granit (Borussia M’Gladbach). Ousmane Dembélé (Stade Rennais) entraría en la ‘operación futuro’ no en el mercato inmediato del primer equipo.
Robert Fernández tiene varias alternativas definidas pero va a depender de que jugadores se vayan y el dinero que se pueda recaudar con esos traspasos y cesiones. La parte importante del ‘botín’ se va a invertir en el central y el delantero (sobre los 70 millones). Arriba gusta Kevin Gameiro y en defensa querrían a Aymeric Laporte o Marquinhos, pero ambas operaciones son dificilísimas. O prohibitivas como la de John Stones (Everton). Por eso se han valorado otros como Andreas Christensen (Chelsea), Alessio Romagnoli (Milan) o hasta se han vuelto a ‘desempolvar’ el expediente de seguimiento de Emanuel Mammana (River Plate).
En cada caso Robert tiene otros candidatos, pero debe ser Luis Enrique quien dé el placet final. Bartomeu quiere este año fichajes en que no haya disensiones, que se escojan por “unanimidad”. Barto escuchará a todos antes de dar el paso adelante que correrá a cargo del vicepresidente Jordi Mestre y de Raül Sanllehí, los dos negociadores oficiales del Barça.
En el apartado que no existe acuerdo es en la posibilidad de ‘sacrificar’ a algún crack en el caso de que se confirmen las ofertas multimillonarias que han llegado a los entonos de los jugadores, desde Neymar a Busquets, pasando por un Alves que ha perdido parte de su cartel de intrasferible con sus constantes boberías. Felipao Scolari le quiere para su Guangzhou Evergrande, pero el club chino no se ha dirigido oficialmente al Barça.
En todo caso, será Luis Enrique quien deba bendecir o no esas salidas a cambio de jugadores de igual calidad pero que tendrían el ‘handicap’ de llegar de fuera y necesitarían de un acoplamiento que no es fácil como ha confirmado Arda Turan.
Barça confía en Luis Enrique
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