Hasta hace no tanto, Renee Gracie era una de las pocas mujeres que competían en los V8 Supercars, el campeonato de turismos GTs australianos. Sus resultados fueron bastante discretos (varios 12º puestos en las Super2 Series fueron los mejores entre 2015 y 2017), pero a base de preparación y esfuerzo, la joven de ahora 25 años se había asentado en el paddock.
Sin embargo, poco a poco fue dándose cuenta de que podía ganar mucho más dinero lejos de las carreras. El automovilismo es uno de los deportes más caros que existen, y sin resultados no llegan patrocinadores que lo puedan sufragar. En un terreno tan local (pese a que tiene una gran repercusión internacional) como Australia, ser mujer no es suficiente reclamo, así que empezó a compaginar sus carreras en la pista con la del modelaje, primero, y del porno, después.
Poco a poco se dio cuenta de que sus voluptuosas formas llamaban la atención de la industria del cine para adultos, hasta el punto de que cinco años después de su debut como piloto ya no quiere volver a ponerse el mono y el casco salvo por exigencias del guión, si lo hubiera, para grabar alguna escena.
“Es lo mejor que he hecho en mi vida”, confesaba al ‘Daily Telegraph’, en relación al cambio de carrera profesional tan radical que ha tomado. Su perfil de ‘OnlyFans’ está siendo uno de los más buscados desde que diera la entrevista, no sólo por su aspecto evidentemente llamativo, sino por la historia que tiene detrás. De momento, le está saliendo el cambio más que rentable: de tener que pagar por ser piloto a ganar más de 10.000 euros diarios.