El “gran” Zulia F.C., un proyecto novedoso en el acontecer del fútbol rentado venezolano, una feliz idea del director técnico y empresario del balompié criollo César Farías, acompañado de otro grupo de personas ligadas al acontecer de esta disciplina profesional en el país, sigue sin cuajar, al menos en la parte deportiva.
Daniel Farías, joven entrenador, quien logró al frente del Deportivo Táchira la octava estrella, para luego vincularse al fútbol paraguayo en calidad de asistente de su hermano César, a la postre sin tener éxito en el Cerro Porteño, trayendo consigo que el primero regresara a Venezuela y el segundo diera un salto hasta Bolivia para dirigir al The Strongest, fue llamado para sentarse en el banquillo del combinado marabino.
Zulia F.C. se armó para ser protagonista
César Farías, conocedor hasta el tuétano del acontecer del fútbol venezolano, primero como jugador, aunque muy efímero su paso, luego como entrenador en la Segunda y Primera División a nivel de clubes y más adelante director técnico de la selección nacional, buscó nuevos derroteros en el exterior, sin tener éxito en México y Paraguay; pero sí en Bolivia, donde el miércoles en la noche clasificó al The Strongest a los octavos de final de la Copa Libertadores.
Su hijo predilecto, la criatura que apenas iba a empezar a caminar de su mano, debía tener como guía a un ser de plena confianza, y nada mejor que su propio hermano; de allí que César Farías le dio la dirección técnica del Zulia F.C. a Daniel, un hombre ya con experiencia después de su buena labor en el Deportivo Anzoátegui y el Deportivo Táchira.
Juan Arango, jugador emblema del fútbol rentado nacional, luego de lo hecho en clubes del exterior y en la selección patria, regresó a Venezuela para ser el capitán del “gran” Zulia F.C. de su amigo César, y a la vez socio del equipo de acuerdo a lo que se conoce en los corrillos deportivos.
No tuvo un buen inicio el proyecto de los hermanos Farías. En el mismo debut del Torneo Apertura, contra todos los pronósticos perdió en su propio feudo del José Encarnación “Pachencho” Romero frente al humilde Estudiantes de Mérida, resultado inesperado no solo para los dirigentes sino para cuerpo técnico, jugadores y aficionados.
Paradójico o no, este equipo zuliano, muy superior al anterior plantel bajo la dirección técnica del “Champion” Marcano, en resultados no ha respondido, pues mientras en la pasada campaña el equipo se coronó campeón del Clausura, pese a terminar de octavo de cara al cuadrangular; el Zulia F.C. de esta campaña ha tenido el Cristo de espaldas, sin que aún haya podido enderezar el rumbo.
Todo se vino abajo
Con suerte o no, pero lo cierto del caso es que Daniel Farías no ha conseguido la varita mágica para hacer del equipo marabino el “gran” Zulia F.C. que prometió su hermano y colega Daniel; por una parte el pasado miércoles quedó al margen de la Copa Libertadores de América dentro del Grupo 7, tampoco le alcanzó para conseguir el cupo a la Copa Sudamericana; y como si fuera poco, quedó fuera del Torneo Apertura del fútbol nacional, producto de la alineación indebida de un cuarto jugador extranjero el viernes 19 de mayo en el juego contra el Deportivo Táchira, independientemente haya ganado en el terreno de juego.
Eliminado de los dos grandes eventos del fútbol continental e igual fuera del campeonato doméstico, la actuación del club zuliano se puede catalogar de un gran fracaso, pues al quedarse con las manos vacías en lo competitivo, sin lugar a dudas que afecta lo económico, obligando a sus dirigentes a enderezar entuertos, curar el mal por la raíz; de lo contrario, el futuro del equipo de mayores pergaminos de la capital zuliana y uno de los primeros del país sigue como una tarea pendiente de los hermanos Farías y de quienes tienen responsabilidades en la institución de una u otra forma. (Homero Duarte Corona)