El primer posible rival es nada menos que Independiente del Valle, el sorprendente equipo ecuatoriano que llegó a la final de la Copa Libertadores-2016 tras sacar a dos grandes del balompié continental como River Plate (octavos) y Boca Júniors (semifinal), dos hitos históricos que lo llenan de prestigio, pese a caer a manos del Atlético Nacional en la última batalla por el título.
La condición de subcampeón de Libertadores acredita a Independiente del Valle como uno de los rivales de mayor quilate, al menos en el papel; mientras que el Club Deportivo Capiatá vendría siendo el más débil o accesible, por su condición de debutante, aunque ya sabe lo que es competir en un certamen internacional, puesto que participó en la Suramericana del 2014.
Casualmente, estos dos equipos son además muy nuevos en la Primera División de sus países y, en el caso del ecuatoriano, su éxito se basa en la fortaleza de su cantera, de donde ha salido el mayor número de figuras de su plantilla.
En el medio de los extremos se ubican los otros tres candidatos a pelear en la primera fase, por uno de esos tres cupos que dejaron libres los clubes mexicanos. Se trata de Montevideo Wanderers, Universitario de Sucre (Bolivia) y Municipal (Perú), que registran en su haber ocho, tres y dos participaciones en Libertadores, respectivamente, incluyendo la del 2017.
Deportivo Táchira destaca en la fase por ser el equipo con más participaciones en esta Copa, con 20 en total, sumando la que se avecina. A juzgar por la experiencia, es el más curtido. Su techo es la instancia de cuartos de final, que alcanzó en el 2004, de la mano del entonces novel César Farías.
Su última actuación fue en la edición de este año, cuando bajo la dirección de Carlos Maldonado clasificó a los octavos de final y cayó eliminado por los Pumas de México, equipo que luego salió de competencia, tras perder la serie de cuartos justamente frente a Independiente del Valle.
(MJS)
