Alicante, España – AFP – La Vuelta a España 2019 vuelve a apostar por un perfil montañoso y etapas que no llegan a los 200 km, en busca de intensidad y emoción en su 74ª edición, presentada este miércoles en Alicante (este de España).
El pelotón tomará la salida el 24 de agosto en Torrevieja para acabar tres semanas después, el 15 de septiembre en Madrid, tras recorrer 3.272,2 km a lo largo de 21 etapas.
En su apuesta por dar espectáculo, la Vuelta vuelve a dar protagonismo a la montaña, convertida en una de sus señas de identidad, con ocho llegadas en alto, cinco de ellas inéditas en la ronda española, aunque abandona un poco los puertos cortos y explosivos por rampas más largas.
“Lo que funciona hay que mantenerlo”, dijo el director de la Vuelta, Javier Guillén, en el acto, recordando que esta ronda conmemorará los 10 años en que se instauró el maillot rojo para distinguir al líder de la carrera.
– ‘Pinta bastante dura’ –
“La vuelta tiene pinta de bastante dura, me gusta porque se adapta a mis características”, dijo el joven Enric Mas, tercer clasificado en la edición de 2018.
Hasta 59 puertos, 13 más que la pasada edición de 2018, tendrán que superar los corredores, en una vuelta que vuelve a comenzar con una contrarreloj por equipos tras la individual del pasado año, en Torrevieja.
La ciudad alicantina, de donde partió la Vuelta en 2011, marca prácticamente lo más al sur que llegará una ronda española, que se recorrerá principalmente el este, el norte y el centro de España.
Tras la contrarreloj y una segunda etapa ya de media montaña como advertencia, los ciclistas pasarán en esta primera semana de tierras valencianas a Teruel para llegar en la 5ª etapa al inédito alto de Pico del Buitre, con la meta en el observatorio astrofísico de Javalambre a 2.000 m de altitud y una subida de 11,8 km con rampas del 7,3%.
“Va a ser un día para hacer diferencias”, dijo el campeón del mundo, Alejandro Valverde, que ya anunció que correrá la Vuelta y el Giro en 2019.
Los corredores combinarán después llano y montaña en la 7ª etapa con una llegada en el durísimo alto de Mas de la Costa de primera categoría con una subida media del 12% en la que los hombres fuertes de la carrera no podrán descuidarse.
La Vuelta seguirá hacia el norte y tras una etapa de transición en Cataluña, afrontará una única etapa en Andorra, en la que por primera vez se incluye un tramo de cuatro kilómetros de gravel, que pondrá a prueba a los ciclistas.
Hasta cinco puertos incluida la llegada en uno de primera categoría en el Alto Els Cortals d’Encamp se encargarán de cribar el pelotón antes de la primera jornada de descanso.
– Los Machucos y Gredos –
Tras la jornada de descanso, la Vuelta llega a Francia con una contrarreloj individual de 36,1 km que servirá a los especialistas para ganar tiempo de cara a la montaña que se avecina.
Tras pasar por el País Vasco, la Vuelta llega a las montañas de Asturias y Cantabria, con el temible alto de Los Machucos con rampas de hasta el 28% al que llegaran los ciclistas tras superar otros seis puertos en la 13ª etapa.
Una etapa llana dará paso a otras dos de alta montaña en Asturias con la llegada final de la 16ª etapa en el puerto de la Cubilla y sus 20 km de continua subida.
Una recorrido que servirá para despejar la general antes de emprender la última semana de carrera por las carreteras del centro de España y llegar a la explosiva 20ª y penúltima etapa con una inédita llegada en la plataforma de la sierra de Gredos a más de 1.700 metros de altitud.
Quien llegue líder a esta etapa de 189 km tendrá que estar muy vigilante, ante los últimos hachazos que puedan lanzar los otros aspirantes antes de la etapa final al día siguiente en Madrid