viernes 29 marzo, 2024
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“La derrota llegará algún día”

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Táchira y Caracas se enfrentarán por 51ª vez en Pueblo Nuevo, donde el aurinegro domina con 23 partidos. (Foto/La Nación)
Táchira y Caracas se enfrentarán por 51ª vez en Pueblo Nuevo, donde el aurinegro domina con 23 partidos. (Foto/La Nación)
Hasta el momento, pese al ambiente de tensión social que reina en el país, el clásico del fútbol profesional venezolano va, así como toda la jornada 12 del Torneo Apertura, y en función de ello los equipos se mantienen concentrados en la preparación de sus respectivas luchas.
Táchira se abstrae de lo que sucede fuera de la cancha y solo piensa en ganarle al Caracas, su archirrival, que visitará Pueblo Nuevo por vez 51, con la aspiración de romper la “empatitis” aguda que lo agobia, que no le permite despegar hacia los primeros puestos de la clasificación y lo tiene confinado al peldaño 12, a cuatro escalones y tan solo tres puntos de la zona de los cuartos de final del torneo.
En la necesidad urgente del Caracas de sumar completo y el interés de Táchira por conservar el invicto del torneo más el de los 35 partidos como local, se centra el morbo de esta nueva edición del clásico moderno, pautada para el domingo 23 a las cinco de la tarde.
En el seno del Deportivo Táchira, jugadores y cuerpo técnico lo afrontan como tal, con la ilusión de jugarlo y ganarlo, pero eso sí, cuidando las formas.
Lejos de la premisa que dicta que los clásicos no se juegan sino que se ganan, Santiago Escobar sí quiere que sea a su manera, a la manera como el equipo ha venido jugando hasta ahora.
“Para nosotros el cómo, la forma, sí nos interesa; vencer a un rival histórico jugándole bien, bajo la propuesta de nosotros, es el mandato y lo que vamos a tener como propuesta, después si se presenta un partido cerrado, con mucha fricción, el temperamento y el carácter tienen que aparecer para defender la camiseta con energía e intensidad”, sostiene el técnico Sachi Escobar.
Sobre la condición de invicto y la presión que se supone ejerce sobre el grupo, el estratega neogranadino señala que efectivamente la hay y además la disfruta.
“Me gusta trabajar bajo presión, me gusta la exigencia. Trabajamos en la semana proyectando una victoria; y la presión, la ansiedad, el cosquilleo que uno siente antes de un partido está siempre ahí latente, y en un clásico es mayor para jugadores y cuerpo técnico”.
Reconoce Escobar que en algún momento el invicto tendrá que caer. “Todos los escenarios son posibles (…) el día que llegue una derrota lo tendremos que aceptar, lo que no quiero es que me llegue en este clásico, porque sé lo que significa para todos”.
En su vasta carrera como entrenador ha disputado varios clásicos, dirigiendo a Nacional en unos y al Independiente Medellín en otros; asegura que en general le ha ido bien, y en este que se le presenta con Táchira “será disfrutarlo y estar preparados para una victoria, porque no quiero hablar de otro resultado, respetando al rival”.
Algo que valora Escobar en su grupo es la tranquilidad con la que asimilan los triunfos, lo cual habla mucho de la madurez de los jugadores y que al mismo tiempo es fundamental, porque mantienen los pies en la tierra, conscientes de que aún no se ha ganado nada, como él mismo lo remarca.
“Al momento no hemos ganado nada, más que reconocimiento y respeto. Pero los objetivos con este equipo se mantienen: ganar un título, un torneo, una estrella, y devolverlo a la competencia internacional. Vamos en ese camino”.
Ambiente preclásico
Santiago Escobar asegura que lo ‘bonito’ de los clásicos es el ambiente que se genera alrededor y que “todos hablan de él en la semana”, aunque por circunstancias obvias para los tachirenses eso no sucede tal cual por estos días, y el técnico neogranadino se muestra comprensivo al respecto.
“Entiendo a la gente. Sé que la ausencia (en el estadio) pasa por esa situación social o económica. Soy muy respetuoso del país y la situación, solo puedo decirles (a los aficionados) que los que nos van a acompañar los necesitamos, son parte importante de este proyecto; quisiéramos ver Pueblo Nuevo con 20 mil personas o más, esperemos que la gente se acerque y pueda estar, y los que no, de corazón los entendemos. Dios quiera que esta situación termine rápido, para beneficio de toda la sociedad”, expresó Escobar. (María José Salcedo)

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