La final de la Copa Libertadores 2019 se jugará en sede única y la ciudad elegida fue Santiago de Chile. Sin embargo, un concierto podría poner en riesgo el partido.
Y es que el encuentro definitorio del torneo se jugará el 23 de noviembre, pero el grupo británico de heavy metal Iron Maiden tiene programado un concierto en el Estadio Nacional el 15 de octubre, lo que deja un plazo de 39 días para arreglar el campo antes de la final.
La Conmebol exige que los recintos no deben albergar ningún evento 60 días antes de los partidos para que no amenace el estado del campo.
La Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile y la Conmebol ya han discutido sobre la posibilidad de cambiar la fecha del concierto, sin embargo, no han llegado a ningún acuerdo.
Tiempo de sobra
El presidente de la empresa organizadora del concierto, Carlos Geniso, señaló a la radio ADN que “ningún estadio del mundo cierra 60 días, deben convivir las dos actividades. En Wembley tocan Coldplay y los Rolling Stone y se hacen las olimpiadas y la Champions League. Coordinando se pueden hacer las dos actividades”.