Faríñez, la sensación

Luego de mostrarse como un talento prometedor en el Mundial Sub-20 de Corea, el arquero vinotinto Wuilker Faríñez confirmó que está para grandes cosas y lo hizo nada menos que en el contexto de las eliminatorias para Rusia-2018, donde se convirtió en la sensación de la última doble fecha, tras atormentar a Colombia y a la necesitada Argentina.
Llegando a Puerto La Cruz con su equipo Caracas FC, para el duelo que enfrentará esta tarde a las tres ante el Deportivo Anzoátegui, Wuilker atiende el teléfono para conversar con Diario La Nación.
Por estos días una lluvia de elogios -uno de ellos del “Escorpión” René Higuita- cae sobre él, mientras que el diario AS lo incluyó en su 11 de lujo Conmebol, pero lejos de sentirse agrandado por esto, Faríñez se mantiene imperturbable ante la súbita fama y con los pies bien puestos sobre la tierra, que sólo despega para las voladas prodigiosas que permiten proteger el pórtico de la selección nacional o de su club.
“Estoy muy agradecido con Dios por tan bonita oportunidad, era lo que estábamos esperando. Poco a poco íbamos trabajando en lo que podía venir. Para mí fue una buena
experiencia y un excelente aprendizaje”, soltó Wuilker de entrada sobre lo vivido en las últimas semanas.
Pero sobre lo que tiene admirado a medio mundo, la solvencia y frialdad que demuestra en cada exhibición bajo los tres palos, donde los nervios parecen quedarse en el último rincón del camerino, Wuilker apunta que no hay mayor cosa, que no sea entrenamiento, tranquilidad y confianza, “confianza que te da el cuerpo técnico y que tienes que saber manejar muy bien”, dice.
Explica que con entrenamiento consigue afinar sus reflejos, envidiables para muchos en su posición, “el gimnasio también te ayuda mucho a fortalecer esa parte” asegura.
En cuanto a los elementos más abstractos, como la tranquilidad, la concentración y el enfoque, lejos de cualquier ritual extraño, Wuilker los consigue de una manera sencilla y directa, “oro mucho y confío en Dios”.
Quienes han visto sus atajadas lo comparan con una muralla, pero también con la divinidad de un ángel que abrió sus alas para evitar que Falcao, Messi, Dybala o Icardi hicieran fiesta en su valla; no fue tanto así, pero estar cerca de Dios quizá le dio el poder invisible de derribar sus propios miedos y olvidarse del tamaño de los nombres que tenía en frente.
Probablemente, amparado en su fe, Faríñez logró domar auténticas ‘fieras’ del gol que, en otro contexto, no perdonan al más experimentado.
La charla técnica también es un complemento que ayuda a reafirmar que cada oportunidad es única “y que este es un lindo trabajo. La motivación va dirigida a mantener siempre el enfoque y a crearnos la mentalidad de estar entre los mejores”.
Ahora que su nombre ha ganado fuerza y peso en el mundo del fútbol, Faríñez espera seguir creciendo en lo personal, y sobre todo en lo colectivo, “que es lo más importante”, como él mismo afirma, pensando ya en el proyecto a Catar-2022.
El cinco de octubre, en Pueblo Nuevo, Venezuela se mide a Uruguay en la penúltima fecha de las eliminatorias, lo que supone otra prueba de fuego para el guardameta vinotinto: y es que después de lo visto, la expectativa se cierra en torno a lo que podrá hacer Faríñez frente a Cavani y Suárez, “estamos preparados para enfrentarlos”, advierte el jugador.
Sin ofertas
Con 19 años recién cumplidos -en febrero pasado- y un metro 81 centímetros de estatura, Wuilker Faríñez estaría por derribar el mito de los arqueros ‘bajos’, sobre todo en Europa, donde la media está por encima de los 1.85 m.
Pero lo que le falta en estatura, lo compensa en reflejos y es lo que muchos han comenzado a ver, de ahí que el jugador habría despertado interés en algunos grandes, como el París Saint Germain, que luego de romper el mercado europeo de fichajes este año, vendría por el guardameta vinotinto, pero de momento no hay nada formal, “no he tenido contacto con nadie. Mi enfoque ahorita en el Caracas”, aseveró Faríñez. (María José Salcedo)