Catar 2022, el nuevo norte

Por su talante e investidura, Rafael Dudamel ni se entrega ni piensa en otra cosa que no sea Rusia 2018, muy a pesar de que remontar en las eliminatorias sudamericanas se haya convertido en una travesía tan complicada como escalar el Everest.
El empate con Argentina (2-2) el martes por la noche en Mérida, vuelve a dejar un balance pobre para la vinotinto en esta doble fecha de eliminatorias, con apenas un punto de seis posibles; pero además, deja la sensación de eliminación, por el hecho de registrar dos puntos de 24 disputados.
De esta cruda realidad, poca responsabilidad puede endilgársele a Dudamel, quien prácticamente recibió de Noel Sanvicente una selección desahuciada, en lo que constituye el peor arranque de eliminatorias de los últimos 14 años.
“Siendo conscientes y realistas, o peleas hasta el último punto para Rusia 2018 o te preparas para Catar 2022”, dijo el seleccionador nacional tras el partido en Mérida, sobre los objetivos que se plantea ahora para la vinotinto, aunque en ambos casos –aseguró- los cambios no serían tan radicales, pues “todo lo que estamos haciendo forma parte de Catar, sin dejar de pensar en Rusia”, dijo.
La juventud de la selección -23 años promedio- y la calidad de los jugadores, su presente, son los aspectos que le dan esperanza a Rafael Dudamel, quien no está dispuesto a darse por vencido en el presente proceso de clasificación, en parte porque “no tendría cara para llevar un mensaje de motivación a mis jugadores, de por qué luchar en las eliminatorias”, sostuvo.
Está claro el seleccionador de la necesidad de mejorar y aprender de los errores, especialmente de aquellos que se hacen recurrentes y que evidencian la falta de roce competitivo, ese que necesita el jugador para resolver determinadas circunstancias de juego, como lo sucedido en Mérida la noche del martes.
“Nosotros nunca antes habíamos llegado a tener a un rival como Argentina tan controlado como hoy –martes- pero el querer ir a buscar y proponer nos pasó factura; (el empate) es virtud del rival, que sabe jugar en estos escenarios y circunstancias, nosotros tenemos que aprender de nuestros errores, seguir curtiéndonos para manejar estos escenarios”, soltó Dudamel.
En pocas palabras, la virtuosa generación liderada por Juan Pablo Añor, Adalberto Peñaranda, Josef Martínez, Yeferson Soteldo y Mikel Villanueva, necesita la malicia de los grandes para pelear con propiedad en la élite del fútbol sudamericano. Ya todos ellos han dado los primeros pasos, tienen la garra y el atrevimiento, pero hay que “envenenarla” un poco más.
“Nos falta el oficio de las selecciones grandes e históricas, a nosotros siempre nos cuesta el doble, por eso voy a pedir a la Federación más competencias para nuestros juveniles, para que cuando lleguen a mayores estén curtidos.
En cuanto a los jugadores de experiencia, Dudamel lamenta no poder contar con más hombres como Vizcarrondo, Rincón o Rondón, “hay que cuidarlos y aplaudir lo que hicieron (en el partido con Argentina)”, dijo, al tiempo que se mostró “feliz con el rendimiento que me dan”.
Asimismo, destacó la necesidad de acompañar el proceso de renovación con gente de experiencia, pues “son ellos los que te van a cubrir a los más jóvenes, te van a marcar el camino, van a ser ejemplo para el talento en formación”.
Aunque el discurso está dirigido a mantener en alto la actitud competitiva de los jugadores vinotinto, con Rusia como faro guía, es evidente que el norte trasciende un poco más allá, hasta Catar, donde en seis años es posible, si se dan los pasos correctos, se consolide de una vez por todas el primer boleto a un mundial. (MJS)