Aún joven, cuando todavía tenía que darle mucho a los “Diablos rojos” del América de Cali, con 32 años a cuestas, sus dirigentes no le renovaron el contrato, pese a que aún le quedaba cuerda para seguir dando que hablar en el fútbol rentado colombiano.
Una década en el balompié profesional neogranadino, seis de ellos con el once rojo, siempre en función de lateral por las dos bandas. No vistió la casaca de otro equipo, pues su vida y corazón siempre estuvieron con el combinado americano.
Una mirada a Venezuela, para entonces el paraíso de los latinoamericanos y los nacidos en otros continentes. Alistó maletas junto a su esposa y su primogénito Jorge, corría el año 1972, atravesó la frontera por San Antonio del Táchira, llegó a San Cristóbal y aquí se quedó por siempre luego de 45 años de largo trajinar.
Gaetano Greco, un italiano amante de las carreras de autos y del fútbol lo inscribió en su club Juventus de la primera categoría, amateur, uno de los principales del Táchira en las décadas de los sesenta y setenta. Jugó hasta que el cuerpo soportó tantos años pateando y corriendo detrás de un balón.
Ya retirado de la actividad del fútbol, ni siquiera en calidad de veterano, se dedicó a la albañilería, el sostén de sus dos hijos y esposa. El divorció y la desaparición física de su hijo mayor lo afectó bastante, teniendo en su hermana Luz una especia de alfa y omega, quien ve de Braulio hace más de un cuarto de siglo.
Braulio toca el corazón del tachirense
Jesús Saavedra, hombre del fútbol y ya retirado de su actividad profesional dentro de la mecánica, amigo de toda la vida del “negro” Braaulio como le conocen sus amigos, dio una paso al frente, junto al médico otorrino Amenodoro Suárez Suárez para tenderle una mano al exjugador que ahora se encuentra en un momento crítico de su vida.
La próstata, ese órgano vital de todo hombre no anda bien en la humanidad de Bolaños, requiere de una operación quirúrgica, de ahí depende la vida de este ser humano que ahora ronda por los 76 años, con una hermana y sobrinos que velan por su salud.
Diario la Nación visitó la casa de habitación de la familia Bolaños, en la carrera 16 N-5-22 del barrio Lourdes, sirviendo de testigos durante la plática del periodista con el moreno exjugador, su hermana Luz y Jesús Saavedra.
De poco verbo, sin embargo contó el calvario que está viviendo, lleva quince meses con una sonda en la uretra, que le impide no solo trabajar sino desenvolverse en su quehacer diario, de allí la necesidad de una operación.
Los médicos urólogos Rafael y Carlos Gálviz han sido los tratantes de Bolaños, que pese a su delicado estado de salud son optimistas, creen en la recuperación del paciente.
El costo de los medicamentos y mayor aún el gasto que amerita una intervención quirúrgica es algo inalcanzable para la familia Bolaños. Victoria, sobrina de Braulio contó al periodista que su segundo hijo, Héctor Javier, nacido en San Cristóbal hace 42 años, pero residenciado en Cali, Colombia, donde funge de árbitro y entrenador de las categorías menores hace varios años, le ayuda con algún dinero, que no es insuficiente, de allí el llamado a todos los tachirense de buen corazón para la ayuda solidaria para con su tío.
María Victoria Ortiz abrió una cuenta de ahorros en el Banco Venezuela, número 01020150180100086106, cédula de identidad N-13.146.421 y correo electrónico: [email protected]., donde los tachirenses pueden hacer su aporte para los medicamentos y operación que requiere Braulio Bolaños.
Hoy por ti, mañana por mí, y todo aquel que desee tenderle la mano a este hombre del fútbol que ahora atraviesa por una situación bien complicada, puede hacerlo aquí en San Cristóbal, el Táchira, el país y el mundo, que oigan su llamado, él a través del Dios todo poderoso se le agradecerá por siempre.
Homero Duarte Corona