“Si los astros se alinean, podemos darle la vuelta” a la situación, cree el técnico del Barcelona, Luis Enrique, que prepara desde hace tres semanas a sus jugadores para la hazaña de remontar el miércoles en la vuelta de octavos de final de la ‘Champions’ el 4-0 cosechado en la ida.
El Barcelona ha tardado en digerir la debacle sufrida el 14 de febrero en el Parque de los Príncipes, ya que como dijo el defensa francés azulgrana Jérémy Mathieu: “el partido de París nos hizo daño”.
Luis Enrique, sincero, consideró este encuentro “un desastre” en el que el Barcelona ofreció su “versión más pobre”.
El Barça estuvo a punto de venirse abajo en los dos siguientes partidos de Liga contra Leganés (2-1) y Atlético de Madrid (2-1), siendo salvado en ambos por Leo Messi.
En esta atmósfera de fin de ciclo, Luis Enrique tomó una decisión que se imponía: anunció el miércoles pasado que dejaría el club al término de la temporada.
Su anuncio fue un revulsivo: líder liguero, el Barça se reencontró con su mejor juego frente al Celta (5-0) con un Messi supersónico.
Y el propio Luis Enrique confesó sentirse “aliviado” tras haber distendido la atmósfera en torno al equipo, empeñado en regalarle un buen final de mandato.
Sorprendido por el PSG, el técnico barcelonista ha buscado soluciones para el partido de vuelta.
“Es un partido que hemos marcado como algo importante y está en la cabeza, al menos la mía, desde la noche después del partido” contra el PSG, reconoció Luis Enrique, asegurando que “he analizado ese partido más que ningún otro”.
De ahí las sesiones de vídeo con sus jugadores para descubrir los fallos.
En París, se juntaron varias carencias: la exagerada dependencia del trío ofensivo “MSN” (Messi-Suárez-Neymar), la falta de banquillo o la desacostumbrada debilidad en el centro del campo.
En resumen, “una conjunción de muchas cosas mal hechas”, que normalmente no se conjugan así, según Luis Enrique.
Una de las posibles soluciones para el técnico asturiano parece ser fortalecer el centro del campo con un 3-4-3 muy ofensivo, ensayado especialmente contra el Atlético.
“Un 3-4-3 da ventajas en ataque, podemos fijar más jugadores en su línea defensiva, podemos generar más espacios, crear superioridad en el centro del campo, tener una salida del balón mejor”, explicó Luis Enrique el sábado.
“Fe inquebrantable”
Hace falta fe para creer que el Barça podrá marcar al menos cuatro goles el miércoles sin encajar ninguno, pero desde hace varios días, los catalanes sólo tienen una palabra en la boca: “remuntada” (remontada).
“Espero que haremos un milagro”, dijo el centrocampista Ivan Rakitic.
“Es muy difícil, pero no imposible”, añadió el delantero uruguayo Luis Suárez, citando el 4-0 encajado al Real Madrid en su campo la pasada temporada en Liga.
Para dar más confianza a los barcelonistas, sus dos últimos resultados en Liga (6-1 y 5-0) los clasificaría para los cuartos de la Liga de Campeones.
No obstante, las estadísticas no son favorables: en Liga de Campeones, ningún equipo que hubiera perdido 4-0 en la ida ha logrado clasificarse, pero si hay un equipo capaz de romper estos números es el Barça de Leo Messi, Luis Suárez y Neymar.
“Será difícil, evidentemente, no somos tontos. Pero tengo una fe inquebrantable en que vamos a poder hacer un gran partido y entrar en la eliminatoria”, dijo Luis Enrique, insistiendo en que “no sé en qué minuto, no sé en qué situación, pero vamos a arriesgar”.
Y la prensa catalana, tan catastrofista tras el partido de ida ha empezado a creer también: “Creemos en la ‘remuntada'”, tituló el rotativo Sport el domingo.
(AFP)