Le llamaron ‘Manudona’ porque la suya también era una mano de Dios. Y ‘era’ porque, después de 23 campañas en activo, las últimas 16 en la NBA con los San Antonio Spurs, Manu Ginóbili anunció su retirada del baloncesto.
El escolta argentino dice adiós con 41 años recién cumplidos, un oro olímpico, una plata mundial, cuatro anillos de campeón de la NBA, una Euroliga y una legión de admiradores por ese juego impredecible y creativo.
Durante las últimas semanas había estado entrenando en las instalaciones de los Spurs, pero llevaba unos días dando pistas de su decisión final.
Ginóbili colgaba fotos en sus redes sociales para recordar el aniversario de su salto a Italia. “Me acota mi apuntadora que hace justo 20 años, un flaquito alto de nariz prominente salía desde Bahía Blanca con sus padres rumbo a Reggio Calabria.
Dicen que el pibito estaba lleno de ilusiones y muy entusiasmado por empezar su carrera europea”, confesaba.
Un flaquito cuyos hermanos mayores también eran jugadores profesionales y cuyo padre había sido entrenador. Y que, hasta que dio el estirón, no destacaba demasiado en una región, Bahía Blanca, con grandes remesas de talento. Pero que, contaba Pepe Sánchez, amigo de infancia y años después compañero en el oro de Atenas, se lanzaba contra los rivales sin miedo con ese cuerpucho para intentar anotar.
Cuando el cuerpo acompañó a todo ese hambre, el fenómeno de ‘Manudona’ estalló. Con 21 años ya estaba debutando con Argentina en un Mundial antes de dar el salto al Reggio Calabria. Un año más tarde, los Spurs le lanzaban las redes.
Con una gran mezcla de emociones les cuento que decidí retirarme del básquet. ENORME GRATITUD para mi familia, amigos, compañeros, DTs, staff, aficionados y todos los que fueron parte de mi vida en estos 23 años. Fue un viaje fabuloso que superó cualquier tipo de sueño. GRACIAS! pic.twitter.com/FtFqpTwFRq
— Manu Ginobili (@manuginobili) August 27, 2018