Dos derrotas consecutivas, en igual número de partidos, doble clásico donde estaba obligado a sumar por lo menos cuatro de seis puntos, resultan fatales, lapidarias para un equipo que aspire a ingresar al grupo de los ocho que irá a la liguilla final, con miras a optar por el título del Torneo Apertura-2018 del fútbol rentado venezolano.
Es el caso del Deportivo Táchira, divisa que ni en su visita a la capital emeritense para el tradicional duelo de los decanos del fútbol rentado andino -perdió 2-1 ante Estudiantes de Mérida-, tampoco en su fortín del estadio Pueblo Nuevo, en el denominado “Clásico Moderno”, contra el Caracas F.C., pudo marcar en la pizarra -cayó 0-3-, doble traspiés que deja al ocho veces campeón nacional al borde del precipicio, casi fuera de combate.
Sin embargo, más aferrados a las matemáticas que a argumentos futbolísticos en el campo de juego, jugadores y cuerpo técnico esperan que se “haga el milagro”, conseguir la ansiada clasificación, que por lo que muestra el colectivo aurinegro cada vez que salta al terreno, pareciera una utopía, algo difícil de alcanzar.
Otra alternativa de la que se “agarra” el amarillo y negro para no perder la esperanza clasificatoria tiene que ver con la irregularidad del campeonato, pues pese a la doble derrota en fila en las dos últimas jornadas, aún tiene chance, está a solo un punto del Portuguesa F.C., que es octavo con 19 puntos.
Pero no solo el Deportivo Táchira tiene opción para entrar en el cuadrangular, también sueñan con este objetivo el Aragua F.C., Trujillanos F.C., Zulia F.C., Atlético Venezuela y hasta el campeón Monagas S.C., que está en la casilla 16ª con 12 puntos y un partido menos. Cada director técnico de estos equipos saca sus respectivas cuentas, apela a las matemáticas y “cree” que le alcanzan los números para meterse en la pelea.
Claro que aquí hay que tomar como premisa el viejo adagio de: una cosa piensa el burro y otra el que lo arrea, porque en honor a la verdad, de qué vale sacar cuentas, aferrarse a lo hipotético, si en la realidad, cuando se está en el campo de juego, la producción, el nivel de los jugadores, es nulo.
El mal que viene arrastrando el Táchira no es de ahora, no explotó en los dos últimos partidos, se puso de manifiesto desde que arrancó el campeonato y se ha ido acentuando con el correr de los compromisos, sin que haya habido una mejoría, apenas un triunfo rescatable de los cuatro alcanzados, contra el Deportivo La Guaira en Puerto La Cruz, porque los otros tres se obtuvieron más por cuestiones del azar que por cualquier otra cosa.
270 minutos para conseguir la clasificación
El primer round este sábado, a las 3 y 30 de la tarde, en Maracay, frente al Aragua F.C., décimo en la tabla con 17 puntos, uno menos que el Deportivo Táchira, que saldrá con la misión de ganar para llegar a 20 unidades y meterse en la clasificación transitoria. No le ha ido muy bien al aurinegro cuando se ha presentado en el estadio ”Hermanos Ghersy” de la capital aragüeña, con la seguridad que el local tratará por todos los medios de sacar del paso al visitante, sabiendo que es un rival directo en la opción de entrar en la liguilla.
El domingo 13 de mayo, Día de las Madres, fecha de mucha importancia para la mujer venezolana y del mundo, el Deportivo Táchira recibe al debutante Academia de Puerto Cabello, con la única alternativa de sumar tres puntos para mantener la esperanza clasificatoria, dependiendo por supuesto del resultado en Maracay.
Cierra la eliminatoria el amarillo y negro en Puerto Ordaz, el domingo 20 de mayo, ante el Mineros de Guayana, que en el supuesto de haber sumado los seis puntos contra Aragua y Puerto Cabello, saldría en busca del último suspiro en su misión clasificatoria, dependiendo, como es lógico, de lo que hagan los otros aspirantes. Difícil pero no imposible; no obstante, todo dependerá de la actitud de los jugadores, si sufren una metamorfosis en el campo de juego.
Homero Duarte Corona