La serie cuenta que la hepatitis que sufrió durante su estancia en Barcelona en realidad fue una enfermedad venérea. Y, también, que fue allí donde consumió cocaína por primera vez
‘Fútbol Club Maradona’ cuenta anécdotas que vivió el astro argentino en el Barcelona de España, testimonios de excompañeros, amigos, periodistas y personas que conocieron muy bien aquella etapadel pelusa.
El documental argentino #vamos sobre Maradona, se centra en las dos temporadas que Diego pasó en el Barcelona entre 1982 y 1984. Por aquél entonces Gaspart era el vicepresidente azulgrana, Minguella, agente, mientras que Julio Alberto, Carrasco, Marcos Alonso y Clos excompañeros en el terreno de juego. Amigos y periodistas cuentan con detalles esa etapa donde el argentino daba sus pinceladas antes de irse rumbo al Nápoles.
El documental “Fútbol Club Maradona”, dirigido por Roberto Rodríguez, es un repaso de los 700 días que pasó El Diez vestido de azulgrana. Se estrenó en el canal #Vamos, propiedad de Telefónica, dedicado exclusivamente al deporte. Allí se reveló que tuvo una enfermedad de transmisión sexual y que le habría impedido al Pelusa demostrar toda su capacidad futbolística en el club catalán.
Gaspart y Minguella narran cómo el Barcelona necesitó tres intentos para firmar a Diego. En 1978 frustró el fichaje la falta de presupuesto y en 1980, la intervención del ejército. “El almirante Lacoste nos negó el traspaso, que la patria lo necesitaba, y nos llevaron directos al aeropuerto de Buenos Aires. Nuestras fotos habían salido en la prensa, diciendo que queríamos robarles a Maradona”, explica Gaspart. “Hice más viajes que Aerolíneas Argentinas”, bromea Minguella.
Uno de los hilos de ‘Fútbol Club Maradona’ es el del entorno del futbolista en su estancia en Barcelona. Vivía en Pedralbes y se puso el escudo del Barça en la piscina. “Pronto, su casa se empezó a llenar de gente. A veces había 30 o 40, amigos, primos, comiendo, bebiendo… Ibas a las 10 de la noche y había 10 o 12, sentados en el suelo, viendo películas, de risas, hasta las 3 de la mañana… Salían mucho, había dinero…”, cuentan los protagonistas del documental.
Y de ahí al primer gran bache del 10 en Barcelona: la hepatitis. Se habló mucho de lo ocurrido y lo explica el periodista Fabián Ortiz: “La hepatitis escondía en realidad una venérea; pero como eso era intolerable, no se podía contar eso a los medios; desde el club se generó una manera de explicarlo que fuera razonable para el tiempo de reposo necesario”.
Con el equipo “culé”, Maradona jugó 58 partidos y marcó 38 goles. Consiguió una Copa del Rey, una Copa de la Liga y una Supercopa de España. Su última presentación fue en la final de Copa del Rey en 1984 ante el Athletic en el que jugaba Andoni Goikoetxea, el jugador que lo había fracturado meses atrás
Maradona regresó, ganó la Copa del Rey y la Copa de la Liga y, ya en la temporada siguiente, en la cuarta jornada de Liga, sufre la entrada de Goikoetxea que le destroza el tobillo. “Se toma la recuperación muy en serio. Se le esperaba en seis meses y tardó tres y medio”, recuerda el fisio.
Regresa tras las Navidades, pero al Barça no le da para ganar la Liga. En la penúltima jornada, contra el Espanyol, lo expulsan y un par de semanas es la final de Copa contra el Athletic, que acaba con una brutal pelea sobre el césped entre jugadores. “Parte del entorno de Diego quiso saltar al campo, pero la Policia no les dejó, les paró con las porras. Menos mal”, recuerdan desde el Athletic.
Y ahí se empieza a romper el binomio Maradona-Barça. Los rumores sobre su vida fuera del fútbol, empujado por su entorno, se disparan y la directiva se plantea que lo mejor es venderlo. “Me tocó negociar con el Nápoles la salida de Maradona. Yo no quería que saliera, así que Núñez entendió que sería el mas duro para negociar”.
“Le había pasado de todo en Barcelona, aunque no le vi hacer cosas que atenten a la profesionalidad”, recuerda Carrasco. “Había muchos rumores sobre el clan Maradona en la ciudad”, añade Minguella. “Me cuentan que la última noche de Diego en Barcelona es cuando alguien le da a probar…”, concreta Marcos. “Su vida en la ciudad no era satisfactorio”, concuerdan. “Tuvimos al mejor del mundo y no lo disfrutamos”, lamenta Clos.
Y Maradona se marchó a Nápoles, enfadado con Núñez (“no quiso recibirme, me faltó al respeto”), y en 1986, ya como campeón del mundo con Argentina, regresó a Barcelona a un acto de Don Balón, anécdota que recuerda Ortiz: “Qué ciudad esta, cómo me pude marchar de aquí”