sábado 20 abril, 2024
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Guantes manchados de sangre: dos historias de boxeadores que asesinaron a sus esposas

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El mundo del boxeo se ha visto implicado en terribles casos de violencia doméstica por parte de grandes peleadores. Si bien, lo hechos ocurren fuera del ring, sin duda alguna mancha los guantes de los peleadores involucrados. La última semana se conoció el caso de Félix Verdejo, boxeador puertorriqueño, que se entregó a las autoridades y es señalado de asesinato de una mujer embarazada de 27 años de edad. En las últimas horas, la jueza Camille Vélez tildó el caso como “elegible para pena de muerte“. Sin embargo, la historia nos ha marcado hechos similares con protagonistas de estas disciplinas, como los casos de Carlos Monzón y Edwin Valero.

‘Escopeta’ Monzón, considerado el mejor boxeador de Argentina

Carlos Roque Monzón tenía una carrera intachable dentro del ring. El boxeador se destacó en esta disciplina hasta el punto de ser considerado uno de los mejores deportistas del país sudamericano. Sin embargo, el argentino estuvo vinculado directamente en el asesinato de su esposa, caso que manchó para siempre su nombre.

El 14 de febrero de 1988 se conoció el asesinato de Alicia Muñiz, pareja del peleador. El cuerpo de Alicia fue encontrado casi desnudo, debajo de un balcón en una casa en Mar del Plata. Monzón negó todo, pero las autoridades argentinas pudieron corroborar, tras investigaciones, que el púgil la estranguló hasta matarla, la tomó del brazo y la arrojó por el balcón.

Los reportes de las autoridades, junto con el cuerpo médico, explicaron que Monzón la golpeó varias veces en el rostro, luego la tomó del cuello con una fuerza desmedida, lo que afectó todos los planos del cuello, fracturó el cartílago y los huesos hioides de la mujer. Sin parar allí, el boxeador la arrojo contra el piso, luego la volvió a tomar y la lanzó por el balcón lo que produjo el estallido de su cráneo de la víctima.

Pese a que Carlos Monzón negó todo lo ocurrido, el caso tuvo como desenlace la sentencia y condena a 11 años de prisión.

El ‘Inca’ Valero, una tragedia tras otra

Edwin Valero era uno de los más temidos peleadores del continente. ‘El Diablo’ había ganado 27 peleas por nocaut en la misma cantidad de combates. La mayoría de estos nocauts fueron realizadas en apenas el primer round. Sin embargo, el boxeador venezolano lanzó por el abismo su carrera deportiva bajo los vicios de las drogas y el alcohol.

El 18 de abril de 2010, Edwin Valero confesó que había asesinado a su esposa Jennifer Carolina Viera. La mujer había padecido años atrás varios episodios de violencia, pero aún así se mantuvo con el boxeador hasta que se produjo el asesinato.

El púgil se encontraba junto a su esposa en un hotel de la ciudad de Valencia, pero luego de discusiones, Valero le habría propinado múltiples puñaladas en el cuerpo de la mujer. “Valero bajó a la recepción y confesó que la había asesinado, por lo que el personal del hotel llamó inmediatamente a la policía, que posteriormente confirmó el fallecimiento en la habitación”, expresaron las autoridades venezolanas luego del hecho.

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Valero fue detenido el día siguiente, pero días más tarde el director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), Wilmer Flores, informó que la leyenda del boxeo venezolano se había suicidado en la celda donde se encontraba detenido. “Un recluso que se encontraba en un área adyacente, escuchó ruidos en el interior de la celda y le dijo a los cuerpos policiales, quienes inmediatamente se acercan y observan el cuerpo del boxeador colgado, utilizando sus propias prendas de vestir para ahorcarse“, explicó.

Edwin Valero realizó su último combate ante el mexicano Antonio DeMarco, manteniendo su invicto en el Consejo Mundial de Boxeo en la ciudad de Monterrey, México. Una vez más, el boxeo se ve involucrado en una semejante tragedia. Nuevamente un boxeador con grandes expectativas en su país, deja en deuda a toda una nación por sus acciones fuera del ring. Tal como pasó con Monzón y con Valero, la trayectoria de Verdejo se verá empañada por sus acciones.

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