Valentino Rossi, una leyenda que lleva 24 años en el Mundial, más de 400 carreras disputadas, nueve títulos celebrados, veía la repetición de lo ocurrido y se echaba las manos a la cabeza: acababa de salvar la vida. Lo intuyó cuando, a media carrera, dos motos descontroladas le pasaron por encima, pero palideció en cuanto se puso delante de un televisor. Todo lo que ocurrió antes y después del milagro en el circuito de Spielberg tuvo escasa relevancia porque lo importante, lo único importante, es que Rossi sigue vivo y no lamenta lesiones. Un milagro.
En la octava vuelta de la prueba en Austria, Johann Zarco adelantó a Franco Morbidelli en una recta en bajada y, después de un frenazo del francés, el italiano le hizo el afilador. Ahí empezó el desastre. A unos 315 km/h, los dos pilotos se fueron al suelo y sus motos siguieron a toda velocidad sin ellos. La Yamaha de Morbidelli se revolcó una y otra vez, una y otra vez y regresó a la pista con la extraordinaria suerte que pasó justo entre Maverick Viñales y Rossi. Y la Ducati de Zarco se estrelló contra las protecciones con tanta fuerza que las reventó y volvió al asfalto nuevamente a centímetros del propio Rossi. Si alguna de las dos balas de 160 kilos hubiera impactado lateralmente con el italiano, cualquier desenlace hubiera sido posible. El destino, en cambio, quiso que todo se quedase en un susto y un parón que cambió la carrera.
? ¡Tremendo accidente entre @JohannZarco1 y @FrankyMorbido12!
Salen volando las motos y no se llevan a @ValeYellow46 y @mvkoficial12 de milagro
✅ Hemos visto a los dos pilotos saliendo por su propio pie #AustrianGP ?? #MotoGP ? pic.twitter.com/51k9MFuXir
— DAZN España (@DAZN_ES) August 16, 2020