Un poco más de un año de trabajo, concentrado en 47 módulos, están a punto de rendir fruto para la selección nacional Sub 20. Venezuela se impuso de manera contundente a la clasificada Uruguay por 0-3 y se puso a tiro del Mundial de Corea del Sur. El boleto es prácticamente suyo, sólo que ahora debe sellarlo definitivamente frente a Argentina, en el último compromiso del hexagonal.
“Estos muchachos, a lo largo de toda la preparación, han demostrado que son competitivos y en los momentos más duros, más difíciles, sacan lo mejor de sí”, destacó Marcos Mathías, asistente técnico de la vinotinto, quien suplió al ausente Dudamel, quien fue suspendido por el resto del Sudamericano y debió conformarse con ver desde la tribuna del Atahualpa la revolución de sus chamos.
Mathías resumió en “eficiencia” la puesta en escena del combinado criollo la noche del miércoles ante Uruguay. “El fútbol se basa en eficiencia, en poder anotar y no sólo jugar bien. Hoy lo pudimos hacer, gracias a Dios, cuando más lo necesitábamos”, afirmó el estratega, quien aspira que los jóvenes puedan “mantener esta senda”. Y no hay más opción que esa.
Venezuela no puede fiarse de Argentina -su rival en la última fecha- muy a pesar de que esta llega al borde de la eliminación y con las mínimas posibilidades de inscribirse en el Mundial. La albiceleste es de esas que su historia le obliga a negarse al fracaso y por ende luchar hasta el último minuto.
La vinotinto debe ganar o empatar para ir al Mundial; perder también le sirve siempre y cuando sea por menos de cinco goles, un escenario que parece imposible, tomando en cuenta la férrea defensa nacional pero, una vez más, ante Argentina nada está dicho.
La renta de la norma del juvenil
Antes de comenzar la competencia Suramericana en Ecuador, Venezuela ya se contaba entre las selecciones mejor preparadas. Hoy, los números dan la razón. Pero nada es casualidad ni producto del azar.
En medio de su criticada estructura, la dirigencia del fútbol venezolano tuvo un gran acierto en la creación de la norma del juvenil en el fútbol profesional, una regla que está próxima a cumplir 10 años en 2018.
Cuestionada y protestada por muchos en un principio, la obligación de alinear un Sub 20 en el torneo y un Sub 17 en Copa Venezuela ha dejado de ser tal cosa para algunos técnicos y el talento joven ha comenzado a ganar más valor, a subir como la espuma y consolidarse dentro de los equipos como auténticos referentes.
Muchos de ellos juegan actualmente en esta selección Sub 20, considerada por la crítica especializada como la mejor camada de los últimos tiempos. Yeferson Soteldo, la estrella del Zamora vendida a finales del 2016 al Huachipato de Chile, es la gran muestra de ello; o Yangel Herrera, que dio el salto a Europa con el Manchester City, luego de mostrarse justamente en el evento subcontinental.
El éxito de la Sub-20 en Ecuador contribuye a silenciar las voces que aun protestaban la norma y la afianza en un fútbol que de a poco gana fama de buen exportador. (MJS)