La otrora “tacita de oro” en que quedó convertida la cancha de la antigua Plaza Venezuela en La Concordia, después de la inauguración del gramado sintético por el entonces alcalde de San Cristóbal, William Méndez, el 17 de mayo de 2007, pasó a ser un monumento a la desidia, luego de una década de funcionamiento.
El profesor Jorge Olivares, presidente vitalicio de la Fundación Monseñor Arias Blanco, institución que hace vida en esta instalación desde hace más de una veintena de años, lanza un SOS a las autoridades que les compete velar por los campos deportivos de la ciudad.
—Hace año y medio le dieron un maquillaje a la cancha, pero producto de la cantidad de futbolistas que allí juegan durante toda la semana, mañana y tarde -hasta hace seis meses, adultos y personas de la tercera edad, junto a pequeños de la Fundación Plaza Venezuela y la Fundación Monseñor Arias Blanco-, la grama se deterioró, formándose pequeños y grandes cráteres en todo el campo, haciendo imposible la práctica de la disciplina -sentenció el interminable educador y entrenador-.
La instalación es manejada por una junta administradora, que encabeza Fernando Zabala, acotó Olivares; sin embargo, durante la presidencia de Fabián Uquillas en el IDT, este dijo que la instalación pertenecía a este ente deportivo, pero sin que jamás le aportara absolutamente nada.
Un universo de 350 niños, entre los 5 y 14 años de edad, se resisten a abandonar la destartalada cancha, pese a la grave situación de deterioro, de los cuales 200 pertenecen a la escuela anfitriona y 150 a la institución “incaica”; los primeros entrenan los martes y jueves, en horario matinal y vespertino, y los segundos los miércoles y viernes, entre 2 y 6 y 30 de la tarde.
Un SOS a las autoridades
—Nos quedamos solos, a la deriva, nadie nos toma en cuenta
-sentencia el sempiterno dirigente-; los equipos de veteranos, que siempre hacían torneos durante todo el año, hace más de seis meses pegaron la estampida, quedando apenas los pequeños de las dos fundaciones.
Esperan los padres y representantes de los 350 niños que siguen practicando en la golpeada y maltratada cancha de la Plaza Venezuela que las nuevas autoridades de la ciudad, desde la ciudadana gobernadora, Laidy Gómez, pasando por el alcalde de San Cristóbal, Gustavo Delgado, y el presidente del Instituto del Deporte Tachirense, Ismael Carreño, unan esfuerzos y voluntades para que esta emblemática instalación vuelva a hacer lo que fue hace diez años, cuando la reinauguró el entonces burgomaestre William Méndez.
A propósito del exfutbolista y dirigente político, el profesor Jorge Olivares apuntó que este en la pasada campaña electoral, de cara a las elecciones para la Alcaldía de San Cristóbal, prometió que, resultara electo o no, se abocaría a solucionar el problema de la cancha, conjuntamente con la empresa JHS que preside Jorge Silva, promesa que ojalá y se haga realidad, finalizó.
Homero Duarte Corona
¡Un monumento a la desidia…!
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