viernes 29 marzo, 2024
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“Tenemos un niño buenísimo… se llama Rodrygo”; La historia del chico maravilla de Zidane

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El chico tenía más ganas de cenar algo y ver las repeticiones de los goles que de repartir abrazos emotivos. «Estaba tan tranquilo. La madre llorando y él a su aire, como si no hubiera hecho nada extraordinario», relatan testigos de los minutos posteriores al final del Real Madrid 6 Galatasaray 0. Tres de los goles habían sido de Rodrygo Goes, un brasileño de 18 años que ha puesto boca abajo el Bernabéu y que parece decidido a triunfar con la misma velocidad con la que el miércoles hizo los dos primeros tantos, en un parpadeo.
La resaca ayer era sabrosa en los despachos de Chamartín por la espectacular presentación de uno de los chicos que son bandera de la -muchas veces cuestionada- política de fichajes jóvenes que el club blanco lleva tiempo aplicando. Esa detección temprana de talento internacional empieza a dar frutos en forma de titulares en el once de Zidane. Como ejemplos: Valverde y Rodrygo.
La primera vez que en el Madrid se escuchó el nombre de Rodrygo fue en 2013, cuando sólo tenía 12 años. La secretaría técnica había encargado a Juni Calafat, por entonces ojeador en Suramérica, que diera con un delantero robusto para el Castilla. Al experto le avalaba el fichaje de Casemiro para el filial, meses atrás. El objetivo era Willian José, ahora cuajado como futbolista de nivel en la Real Sociedad.
Negociando por el ariete con el Santos, surgió una frase habitual en estas situaciones: «Tenemos un niño buenísimo, se llama Rodrygo…». Chivatazos así llegan a los grandes clubes de Europa a diario, siendo imposible el control, filtro y seguimiento de todos. En este caso, Calafat sí vio pronto cosas interesantes en el chico. Algo distinto. Pero era demasiado joven y faltaba el siempre difícil paso de vencer la adolescencia y no descarrilar. No quedaba otra que esperar, eso sí, sin perderle del radar.
Nick Arcuri, un importante agente brasileño, se hizo pronto con las riendas de la carrera de Rodrygo. Él enviaba por correo periódicamente al Madrid DVD con sus partidos, mientras iba progresando por las categorías inferiores del Santos y de la selección canarinha [debutará con la absoluta la semana próxima]. Un año por delante avanzaba, en el Flamengo, Vinicius, en un proceso similar de vigilancia llevado por el Real Madrid. El ruido de su fichaje destapó a Rodrygo, puesto rápidamente en el mapa global al conocerse que el club blanco también estaba detrás de él. Ahí, en la primavera de 2018, se aceleraron las cosas.

El PSG y el padre de Neymar

El Barça, el Liverpool y el PSG se lanzaron a por el jugador de tan sólo 17 años. En el caso del club francés, se desplazó hasta Brasil el propio Nasser Al-Kelaifi, el presidente y delegado del reino de Qatar. Iba de la mano del padre de Neymar, figura siempre atenta a la intermediación y a la correspondiente tajada. «Nunca corrió peligro la operación. Les llevábamos mucha ventaja», cuentan desde el Madrid. Arcuri y la familia de Rodrygo hacía tiempo que tenían muy claras las cosas. La pasión infantil del niño por el escudo de La Castellana y por Cristiano Ronaldo también ayudaría.
A los enviados del Real Madrid a cerrar la contratación a Santos se les quedó grabada una escena de ese momento siempre emocionante que es la firma de un nuevo jugador. Rodrygo, feliz por verse al fin de blanco, rompió a cantar el himno de la Décima. Se lo sabía entero, estrofa por estrofa. El chico pidió que le grabaran y se lo enviaran a Florentino Pérez, quien había dado el OK definitivo al fichaje horas antes. En un fin de semana se hizo la compra por 45 millones de euros. ¿Mucho? Expertos del mercado dicen que es mejor pagar eso por un chico de 17 años, ya con trazas de futbolista casi adulto, que 20 por uno de 16. Casualidades del destino, el contrato fue rubricado en la misma cafetería del Santos donde el Barcelona firmó a Neymar.
Las llamadas postreras de los azulgrana a Arcuri para intentar arrebatar a Rodrygo al Madrid quedaron en el buzón de voz, sin respuesta. Desde ese instante comenzó un periodo clave en el desarrollo del joven delantero, que quedó cedido en Brasil la temporada 2018/19.

Mejorando la parte técnica

Un colaborador del Madrid pasó a convivir prácticamente con la familia, acompañando a Rodrygo a los entrenamientos y los partidos. Una tutoría que se aliñaba con las visitas mensuales del propio Calafat, en calidad ya de jefe de fútbol internacional de la dirección deportiva del club -su puesto actual-. Al mismo tiempo, comenzaron las clases de español. El plan era ir preparándole para su aterrizaje el año siguiente en Valdebebas. Sus datos físicos de los entrenamientos (chalecos con GPS) se enviaban a Madrid. También se le ponían vídeos de partidos europeos y movimientos de otros futbolistas, como Jadon Sancho, del Dortmund, o de algunos compañeros: los desmarques de Asensio, la pausa de Benzema, el trabajo defensivo de Lucas Vázquez…
Zidane, además de decir que su juego es «alegría», ha valorado también su disciplina táctica. Su orden. Cuentan los que le conocen que aún falta que se suelte. Que no abusa de las filigranas, pero que dispone de un amplio catálogo.
Ya en estas sesiones de tecnificación se le fue orientando hacia la banda derecha. En el Madrid intuían que le sería más sencillo encontrar minutos por ese costado. Él, que siempre había jugado por la izquierda o por detrás del delantero, comenzó a moverse en el Santos en el extremo diestro. Ahí va a debutar con Brasil y ahí tiene una autopista en el club blanco.
En pocas semanas ha pasado del filial a la titularidad con los mayores. Llegó a España con la idea clara de que el Castilla sería su equipo. Allí jugaría tres o 30 partidos, nadie se lo podía garantizar. Él se lo tomó con calma, exigiendo convivir como uno más. Si tenía que hacer seis horas de autobús, las haría. Con el equipo de Raúl González sólo ha disputado dos encuentros.
Precisamente, sólo el actual entrenador del Castilla había marcado un triplete en la Champions siendo más joven que Rodrygo. En el vestuario, con el balón bajo como premio, se abrazó con su buen amigo Vinicius. En el club ven a los dos perfectamente compatibles en el campo.

Padre de Rodrygo de tan solo 35 años, domingos de misa y clases de ingles

El padre de Rodrygo sólo tiene 35 años. Fue jugador en la Segunda división brasileña y ahora forma parte de la agencia del representante de su hijo, haciendo labores de ojeador. Colgó las botas para centrarse en la carrera de su niño. La historia de Rodrygo no es como la de otros fichajes brasileños, de orígenes extremadamente humildes, como Vinicius. Sin embargo, el sueldo de su padre -en Brasil se gana poco en Segunda- no permitía a la familia más que estrecheces. Rodrygo y los suyos (tiene una hermana pequeña) residen ahora en Madrid en la antigua casa de Julio Baptista, ex delantero del club blanco. Van conociendo poco a poco la ciudad, entre paseos por el centro y salidas discretas a restaurantes brasileños o españoles, aunque lo que prefieren los domingos es ir a misa y hacer un asado para los amigos. El futbolista sigue dando clases para mejorar su español y está a punto de comenzarlas también de inglés.

Rodrigo vs Vinicius

Con goles a granel y notables actuaciones, el delantero de 18 años súbitamente ha desplazado de los primeros planos a Vinícius Júnior, el otro joven brasileño que la mayoría ve como el futuro gran astro del club español.
Rodrygo es quien ahora está ganando en el duelo de adolescentes brasileños en el Real Madrid.
Pero mientras Vinícius Júnior aún no termina de establecerse como fijo en el ataque merengue, Rodrygo no ha perdido el tiempo para demostrar que tiene el olfato goleador para ser considerado un titular, a pesar de su corta edad y de su falta de experiencia.
“Ha venido al Real Madrid para hacer lo que está haciendo”, dijo el técnico del Real Madrid Zinedine Zidane, luego que el prodigio firmó un triplete en la goleada 6-0 que le propinaron al Galatasaray turco en la Liga de Campeones el miércoles. “No me sorprende nada de él porque sabemos la calidad que tiene. Luego por los tres goles podemos estar sorprendidos. Está contento, su juego es alegría y ya está”.
Rodrygo jugó su primer partido de local en la Liga de Campeones contra el Galatasaray. Al anotar sus primeros dos goles antes de los siete minutos, consiguió el doblete más rápido en la historia del torneo. Con su gol en los descuentos en el estadio Santiago Bernabéu, se convirtió en el segundo jugador más joven del Madrid en marcar una tripleta en la competición europea, después de Raúl González.
“La cosas van muy rápidas”, reconoció Rodrygo. “Tengo mucha calma, mucha tranquilidad. Creo que por eso están saliendo las cosas bien. He cumplido un sueño escuchando al Bernabéu corear mi nombre”.
El Madrid pagó unos 45 millones de euros (49,8 millones de dólares) por cada joven brasileño, con Vinícius Júnior del Flamengo al principio de la temporada 2018-19 y Rodrygo del Santos para el comienzo de la presente temporada.
Las expectativas eran mucho mayores con Vinícius Júnior, señalándose como un posible sustituto de Cristiano Ronaldo después de que el delantero portugués se marchara para jugar con Juventus.
Pero Vinícius Júnior, de 19 años, que ni siquiera fue convocado para el partido ante Galatasaray, no ha logrado consolidarse. Ha mostrado vistosidad con su regate, pero se le critica por su puntería deficiente. Apenas ha anotado un gol en 10 partidos esta temporada.
Todo lo contrario para Rodrygo, autor de cinco goles en seis partidos contra el Madrid. Rodrygo no muestra su edad ante el arco, manteniendo la calma de la que aún carece su compañero brasileño a pesar de que tiene más experiencia.
“Para destacar algo (de Rodrygo): su inteligencia”, dijo Zidane. “Aprende muy rápido. Quiere mejorar y luego lo tiene todo. Técnicamente es muy bueno, cuando te acompaña el físico, que todavía tiene que mejorar, hace lo que hace en el campo. Es listo, porque también mete un momento de pausa en su juego cuando lo necesita el equipo, pero técnicamente sabe hacer todo con el balón”, agregó.
Ya se han hecho algunas comparaciones entre Rodrygo y Emilio Butragueño, el delantero que brilló con el Madrid y la selección española en las décadas de 1980 y 1990.
“Todo el mundo sabe que es un jugador de futuro”, afirmó Zidane. “Ojalá siga de esta manera y pueda hacer una carrera como la de Butragueño en el Madrid”, agregó el técnico francés.

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