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Táriba de mis amores

La feria más antigua de Venezuela volvió a la vida. Se trata de la Feria de la Virgen de La Consolación de Táriba, la cual este sábado celebró su festejo taurino con un cartel de talla internacional.

6 reses de Juan Campolargo sirvieron para que el diestro mexicano “El Greco” tomara su licenciatura, teniendo a su paisano, Jorge Delijorge y al venezolano Curro Navarro, como padrino y testigo, respectivamente.

Táriba respondió con media plaza, una buena entrada en tiempos de crisis. La puerta grande del Coliseo “Hugo Domingo Molina” se abrió para que sus tres alternantes salieran a hombros, apoyados de la ovación popular.

Dos orejas para el nuevo

Dos apéndices fue lo merecido para el matador que tomó la alternativa. El Greco cortó una oreja a cada uno de sus astados y se licenció con una buena actuación.

Aunque el ganado estuvo escueto, sin hechuras, siempre fue bravo y embistió a toda cita. Las bestias que les correspondió lidiar al azteca se comportaron a la altura y permitieron el juego de las suertes para los triunfos del alternante mexicano.

A su primer toro lo recibió con una buena tanda de verónicas. Mostró su buenas cualidades con la capa y después procedió a la suerte de reiletes; tanda en la que exhibió su talento a la hora de colocar banderillas.

Con el primer animal se destacó mucho más. Tuvo temple y valentía. Lo toreó por gaboneras  y le colocó los palos como quiso.

Un apéndice recibió como premió a su buena faena, tanda que culminó con una estocada bastante certera.

Distó mucho del gusto de su segundo animal. Perdió el control del burel y lo tomaba de los cachos, algo bastante fuera de lo que un buen toreo entona.

No obstante, la benevolencia de la Comisión Taurina le concedió un solo trofeo como apoyo a la fiesta, ya que la buena actuación del primer toro la botó con su segundo de lidia.

Navarro defendió la patria

El tovareño, Curro Navarro, lavó el paltó por Venezuela. Tres apéndices fueron un merecido reconocimiento a su buena labor.

Curro, dio muestras del típico toreo venezolano. Nunca bajó la cabeza y sacó pecho antes las reses que les sortearon.

chicuelinas, manoletinas, trincherazos, en redondo, derechazos y naturales fueron parte de su faena, la que emocionó a los te tendidos.

Experiencia del Delijorge

El espada mexicano confirmó su categoría de figura al pasaportar a sus dos reses al antojo. Impartió buenas tandas de muletazos que emocionó a los tendidos. No tuvo piedad ante las embestidas de las reses y fue un fino exponente de la lidia mexicana.

Deliorge, torero fino, dio un golpe de autoridad sobre el ruedo e imperó con su determinación su sapiencia taurina.

Ritual alternativo

El Coliseo Taurino “Hugo Domingo Molina” se estremeció al ver la ceremonia de alternativa que le dieron su padrino y testigo al ahora matador de toros El Greco.

Recibió la muleta y espada de parte de su padrino, Jorge delijorge, ante la presencia de su testigo, el tovareño Curro Navarro.

Táriba respondió como si fuera de la casa. Aplausos y ovaciones ante el ritual que significó la licenciatura del espada mexicano   

Favio Hernández

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