Los matadores de toros tachirenses Jesús Enrique Colombo y Manolo Vanegas sacaron cara por su región y dejaron excelentes presentaciones en el periplo taurino de la Feria Internacional de San Sebastián (FISS) 2018, haciendo respetar la casa y colocándole ese sazón andino a la actividad taurómaca del Táchira.
Fueron dos días de sol, sangre y arena los que se vivieron en el coso de Pueblo Nuevo. San Cristóbal respondió ante cualquier adversidad y confirmó su tradición con la tauromaquia, en especial con los diestros del patio.
Colombo apoteósico
Una encerrona no es fácil. Medirse a seis bestias no lo hace ni lo aguanta cualquiera. Jesús Enrique Colombo brilló con luz propia y respondió con honor a los seis astados que San Antonio le ofertó.
No cayó en animales desgatados a los que no se le podía sacar provecho y con viguería se enfrentó a los que sí sirvieron.
Tres orejas fue el resultado de la tarde sabatina, a la cual los tendidos respondieron con fervor, pues no quisieron perderse la cita con el arte y la bravura que el taribense registró.
Jesús Enrique dejó por sentado que ante la suerte suprema no tiene complejos ni falencias, pues solo pinchó en dos ocasiones y al resto pasaportó de manera categórica. Las banderillas no se quedaron atrás y deleitó a la Monumental con diferentes maneras de colocarles los palos a las reses; al quiebro, al violín, fueron algunas de las alternativas de las que Colombo se valió para pagar la entrada.
Con antecedentes en plaza españolas y con instrucción en la escuela de Madrid, el diestro andino demostró de que está hecho y colocó la ilusión en la afición taurina nacional en que se puede volver a los sitiales taurómacos de antes; épocas en que se contaba con la referencia de figuras como César Girón y su dinastía, Morenito de Maracay, Leonardo Benítez, entre otros.
Favio Hernández