Un joven denunció que dos rugbiers le dieron una brutal golpiza en un country de Córdoba, la Unión Argentina de Rugby (UAR) comunicó que el club Tala Rugby suspendió provisoriamente a los jugadores.
La UAR emitió un comunicado en el que condenó el hecho “aún cuando se hayan producido fuera del ámbito deportivo” y aseguró que “repudia y condena enérgicamente cualquier manifestación de violencia”.
Tambén informó que “los jóvenes fueron suspendidos provisoriamente por las autoridades del club para realizar actividades”. Además, indicó que Tala RC inició una investigación sobre los sucesos ocurridos.
Además, aseguraron que como organización comenzaron en febrero de 2020 el proyecto “Rugby 2030, hacia una nueva cultura”, un programa que tiene como objetivo reconocer, responsabilizar y resolver la conflictividad relacionada con el rugby en Argentina, buscando reducir la violencia en todos sus aspectos.
Esa iniciativa contiene 24 módulos que se implementarán durante dos años e involucran a todas las partes de este deporte en el país, incluyendo directivos, entrenadores, jugadores, familias, uniones y clubes, en pos de “una transformación profunda”.
El episodio ocurrió en la madrugada del domingo -cerca de las 3.30- en un domicilio del barrio Lomas de La Carolina, cuando Lautaro Insúa (de 18 años), celebraba el egreso del secundario del colegio Mark Twain junto con familiares y amigos. Por las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus, y como medida de prevención, la idea era controlar la cantidad de invitados. Según trascendió, había cerca de 30 personas.
Lautaro contó a Todo Noticias de Argentina que en medio de la fiestas los cuatro jóvenes -de 17 y 18 años- irrumpieron en el domicilio sin invitación previa con la intención de participar de la fiesta. Sin embargo, cuando se les pidió que se retiraran, dijo que dos de ellos reaccionaron violentamente. “Son Mateo Soler y Tadeo Torasso”, del Tala Rugby Club de Córdoba, detalló.
“Se les intentó decir que se fueran porque no estaban invitados y ahí empujaron al dueño de la casa y lo tiraron al piso. Yo me acerqué, les dije que se vayan y uno de los chicos se dio vuelta y me golpeó en el tabique y me fracturó la nariz. Me voy contra un alambrado y ese mismo chico me sigue golpeando la cara, me rompe los dos orbitales. Y el segundo agresor me empieza a pegar patadas en el piso”, relató a los medios locales, con la cara desfigurada producto de los golpes.
El joven agregó que luego los jóvenes se retiraron y “se fueron a otra fiesta”. Según contó su mamá, en la mañana del domingo -horas después del ataque- fueron vistos comiendo choripanes en la avenida Rafael Núñez.