Los galos jugarán en semifinales ante Argentina mientras que España se las verá con Australia, que le ganó a República Checa.
La selección de Francia dio la gran sorpresa al vencer este miércoles a Estados Unidos, por 89-79, en Dongguan (China), en su duelo de cuartos de final del Mundial de Baloncesto 2019, por lo que será el rival de Argentina el viernes en semifinales.
Fue un éxito histórico para ‘Les Bleus’, que no habían vencido nunca en competición a los estadounidenses, que acudieron a esta cita en China con importantes ausencias.
Para la selección estadounidense, vigente triple campeona olímpica y doble campeona mundial, supone un duro golpe y la primera derrota en el torneo desde la caída en semifinales del Mundial de Japón-2006 ante Grecia.
En la preparación mundialista, Estados Unidos ya había dado muestras de vulnerabilidad al caer 98-94 contra Australia en Melbourne, en el primer revés de un equipo integrado ciento por ciento con jugadores de la NBA desde ese 2006. Estados Unidos ya había estado al borde de una derrota en la primera fase de este torneo ante Turquía (93-92).
Pese a los 29 puntos y 6 rebotes de Donovan Mitchell (Utah Jazz), la selección estadounidense, dirigida por el mítico Gregg Popovich, no consiguió mantener el ritmo impuesto por Francia, que contó con cuatro jugadores que la pasada campaña jugaron en la NBA. Los líderes de los franceses fueron el pívot de los Jazz Rudy Gobert (21 puntos, 16 rebotes) y el escolta de los Orlando Magic Evan Fournier (22 puntos, 4 asistencias).
“Desde el inicio de la competición hemos dicho que vinimos aquí para ganar. Cometimos un gran error en 2014 tras el partido ante España (victoria en cuartos de final del Mundial seguida de una derrota ante Serbia en semifinales). No queremos que se repita”, avisó Fournier, pensando en continuar por el buen camino ante Argentina, que se clasificó el martes tras vencer a Serbia, otra de las grandes favoritas, por 97-87.
El partido fue emocionante casi hasta el final. Los franceses llegaron a dominar por hasta diez puntos en el tercer cuarto, antes de ver cómo el ‘Team USA’ les superaba hasta los siete puntos de ventaja a ocho minutos para el final (72-65).
Ahí empezó la reacción última francesa, ante una selección de Estados Unidos que perdió de repente la efectividad, logrando apenas tres puntos en los cinco últimos minutos.
El martes, España y Argentina se habían clasificado para las semifinales. Los albicelestes se las verán con Francia, mientras que los ibéricos enfrentarán a Australia, que superó 80-72 a República Checa.
Cinco veces campeón del torneo y máximo favorito al título, Estados Unidos no llevó a China a sus grandes estrellas de la NBA, quienes seguramente tras el fracaso sí estarán en los Olímpicos de Tokio 2020. El quinteto norteamericano no quedaba fuera de las semifinales desde 1978, en Filipinas.
Las razones del fracaso de Estados Unidos en el Mundial de China
Cuando al famoso ladrón neoyorquino Willie Sutton le preguntaban por qué robaba bancos, respondía: «Porque ahí es donde está el dinero». Se podría formular un razonamiento igual de obvio en el fracaso de EEUU en el Mundial, desplumados por Francia como parecía cantado. No se llevaron el oro porque sus mejores jugadores se quedaron en casa. No uno ni dos. Ni cinco ni 10. Hubo montones, un desprecio que han pagado con creces. Aunque Gregg Popovich pidiera respeto y no acordarse de los que no están.
Lo peor es que no es la primera vez que les ocurre. Y ya se sabe sobre lo de tropezar dos veces con la misma piedra. Acumulaba el USA Team 48 victorias consecutivas, cinco medallas de oro (tres olímpicas y dos mundiales), un resurgimiento brutal, pero también desde cenizas. Entonces, a comienzos de siglo, se sucedieron de forma preocupante los baches. En su Mundial patrio, en 2002, el absoluto ridículo con tres tropiezos (Yugoslavia, España y Argentina). En 2004, quizá la que cambió la historia, en Atenas, contra Argentina en semifinales (tras haber tumbado a esa España al alza con la noche inolvidable de Marbury). Y dos años después, ya con el amanecer del proyecto de Krzyzewski, con Jerry Colangelo a los mandos, ante Grecia en Japón, también en semis.
Ese estruendoso regreso se aguarda ahora, pensando ya en Tokio. Siempre se supo que los Juegos eran para los norteamericanos más importantes y que en los Mundiales la nómina de estrellas bajaba. Pero nada como lo de China, donde hasta 39 nombres cayeron de la lista preliminar, forjada un par de años antes. Lo de este verano ha sido sangrante, pero ¿por qué?
Hay mucho de pérdida de ambición, pero también un efecto contagio. Hasta el punto de formar la peor selección NBA de la historia, nada comparable a lo del Mundial de España de hace cinco años. Sin faltar jugadores de calidad -hasta la mala suerte de la lesión de Tatum durante el torneo les golpeó-, era más un conjunto de retales que otra cosa, un equipo sin pies ni cabeza. Harden y Anthony Davis parecían al comienzo del verano los dos pilares, pero se derrumbaron al mínimo soplido. Hubo excusas para todos los gustos. Pero los principales motivos fueron el miedo a las lesiones y los jugosos contratos en juego. Después llegaron las renuncias de Damian Lillard, Kyle Lowry, Bradley Beal… También influyó la falta de amor propio, el miedo a lo que se veía venir.
Ya en la preparación Australia les puso sobre aviso. Sólo la ruleta rusa y los tiros libres errados les evitaron el primer tropezón contra Turquía en la primera fase. Avanzaron por el Mundial sin más pena que gloria hasta que Francia, un equipo igual o superior físicamente, con una referencia interior tan potente como Gobert, les destrozó en Dongguan. Ni siquiera el alarde de Donovan Mitchell les salvó de la catástrofe.