María Lorena Ramírez tiene 22 años y es una de las mejores corredoras de largas distancias en la comunidad indígena rarámuri (o tarahumara). El 29 de abril quedó primera en la carrera UltraTrail Cerro Rojo, celebrada en Puebla y en la que participaron 500 atletas de 12 países.
La imagen de la mujer tarahumara en el podio junto a la segunda y tercera clasificada se ha compartido más de 50.000 veces en Facebook desde el 13 de mayo. La publicación es de la página Que Todo Tehuacán Se Entere, dedicada a difundir noticias de interés para los habitantes de ese municipio poblano, y destaca que Ramírez logró la victoria “sin chaleco de hidratación, sin tenis, sin licras y mangas de compresión… Sin todos esos gadgets del runner de hoy. Sin andar publicando sus kilómetros”.
La ganadora aparece con un gesto serio y sosteniendo un papel en el que consta que recibió 6.000 pesos por su hazaña (poco menos de 300 euros). No lleva ni ropa ni zapatos deportivos, sino una falda y un par de huaraches (sandalias con suela de neumático o un tipo de alpargatas), con los que corrió durante siete horas y tres minutos.
Esta indumentaria es común entre los corredores indígenas tarahumara, acostumbrados a trotar entre las barrancas de la sierra chihuahuense sin nada más que lo puesto. El año pasado, Ramírez quedó en segundo lugar en la Ultramaratón “Caballo Blanco 2016”, en Chihuahua, en la categoría de los 100 kilómetros.
“No llevaba ningún aditamento especial”, cuenta a Verne Orlando Jiménez, organizador de la carrera por segundo año consecutivo. “No traía ningún gel, ni dulces para la energía, ni bastón, ni lentes, ni estos tenis carísimos que todos llevamos para correr en la montaña. Solo una botellita de agua, su gorra y un paliacate (una pañoleta) en el cuello”.
Lorena es miembro de una familia habituada a correr largas distancias y su entrenamiento es muy particular, lejos de la rutina tradicional de cualquier runner.
“Lorena se dedica a cuidar su ganado: tiene vacas y chivas, entonces camina entre 10 y 15 kilómetros diarios con los animales”, cuenta Leonel Aparicio, corredor que le sirvió de anfitrión en Tlatlauquitepec. Para mantenerse hidratados, los corredores tarahumara consumen pinole, un polvo de maíz con agua que además es parte de su dieta básica.
Lorena y su hermano llegaron hasta Tlatlauquitepec gracias al apoyo de los organizadores del certamen. Hicieron más de dos días de viaje por tierra desde su comunidad, en la Ciénega de Norogachi (municipio de Guachochi), hasta el Estado de México. Luego recorrieron otras cinco horas en auto hasta el Pueblo Mágico poblano. Al día siguiente, Lorena corrió 50 kilómetros y resultó campeona.
La mayoría de los indios rarámuri viven en la Sierra Tarahumara (Chihuahua). “Son por naturaleza los mejores corredores de México”, afirma el organizador de la carrera de Puebla. Su resistencia física está grabada en su nombre. Rarámuri viene de las raíces rara, que significa pie, y muri, que significa correr. Es el pueblo de los “pies ligeros” o los “corredores a pie”. El libro Nacidos para correr, de Christopher McDougall, popularizó su historia (y su técnica).
(Vía El País)