El maestro sevillano Juan Belmonte una vez dijo: “Se torea como se es”. Ayer, el hijo de Táriba, Jesús Enrique Colombo plasmó su personalidad en el ruedo de la Plaza de Toros Monumental de Pueblo Nuevo, la cual registró (después del tercer torp) algo más de tres cuartos de plaza.
Para los escépticos, a su tempranera edad Colombo respondió y dominó sus 6 reses; no se apresuró, no cayó en apuros y pasaportó a quienes no servían.
Banderillero y matador
Entre tantos aspectos en el que Jesús Enrique destacó fue en la suerte de banderillas y la suerte suprema. Como se dice coloquialmente, de 6-4. No se amilanó y fue exhibidor de sus destrezas con los palos y la estocada.
Fueron cuatro las certeras espadas que a sus astados pegó. digno merecedor de levantar la plaza en su ovación y ganarse el clamor popular.
A pesar de haber pinchado en dos de sus reses (el primero y sexto) el resto fue un francotirador con la toledana.
Triunfador
Colombo se erigió como triunfador de la FISS 2018, luego de cortar tres orejas, dos al segundo y una al quinto; toros que salieron buenos, en hechuras y embiste.
Al segundo lo recibió con rodilla en tierra, y después vino el recital. Banderilleó a sus seis astados de la divisa de San Antonio. Nunca demostró frigidez y se plantó siempre franco.
Demostró dominio de la capa y la muleta, alternó su paseo con naturales y derechazos; sin moverse, pues su temple y serenidad siempre nunca faltaron ante la lidia.
Se logró el cometido
La gente salió feliz y satisfecha del coso sancristobalense, entre ellos se constató con Frank Yeol Ramírez, quien confesó ser aficionado “eterno” de los toros. Dijo Ramírez que Colombo se cubrió sus expectativas, y alegó su admiración en la suerte suprema.
Respondió el hijo de Táriba. Mayor vitrina no tuvo que la Feria Internacional de San Sebastián (FISS) para sacar sus dotes y lo aprendido en sus pasantías por plazas internacionales (España, Perú, Ecuador, Colombia).
(Favio Hernández)